Seguíamos ascendiendo y la calle se iba estrechando de manera vertiginosa. Rezamos por no encontrarnos ningún coche de frente porque no podríamos pasar y era casi imposible hacer marcha atrás de forma segura, porque sería un largo recorrido en contra dirección para que el otro coche pudiera continuar su camino. En un momento dado, sólo habían casas en el lado izquierdo y había montaña en el lado derecho. De pronto apareció en el lado derecho una especie de pequeño "mojón" y me encogí sin poder evitarlo pensando en que por ahí no pasaba el coche.... pasó, no sé cómo y todavía se redujo más el paso. Además se terminaban los números de la calle en las casas. Mi marido paró el coche, preocupado y enfadado, ¿dónde estaba el número que buscábamos?. Un poquito más arriba había una vivienda de frente y a la derecha (cuando hasta ese momento sólo había ladera de montaña) y después ya era imposible continuar camino con el coche sin lugar a dudas.
Llamé nuevamente a la persona de las casas donde íbamos y a todas luces, nos habíamos metido por donde no era. La calle era correcta, pero no estaba ahí... la calle estaba como partida... una cosa muuy rara. Resulta que habíamos subido al Barrio antiguo, el Barrio de Triana. Se asustó "dad la vuelta como podáis e id otra vez al pueblo". Me bajé del coche intentando ver si había alguien en alguna de las casas que nos indicara y a la vez hablando por teléfono con dicha persona. Mi marido se propuso dar la vuelta y yo me asusté porque no veía cómo. Mi hijo iba sentado en su silla detrás y el pobre se iba asustando por momentos. La tensión era evidente y al pobre no se le podía prestar atención porque el coche corría peligro de despeñarse.
Yo intentaba indicar a mi marido vigilando hasta cuántos centímetros podía mover las ruedas del coche hacia adelante y hacia atrás. Me iba el corazón a cien por hora y no paraba de decirle "YA", pensando en que tal vez podía haber avanzado un par de centímetros más, pero no quería jugármela por si no paraba justo en el momento o bien la rueda resbalaba en la poca vegetación y se precipitaba el vehículo.
No podía hacer marcha atrás por que se encontraba la vivienda y también en ese lado, aparecía otra especie de mojón... El coche se quedó varias veces con la estribera de un lateral apoyada encima de ese montículo y no avanzaba, perdía el contacto con el suelo y no podía continuar. Si se hacía de otra forma, se apoyaba todo el mojón en todo el lateral del coche y nos cargábamos el mismo. Mi marido bajó alguna vez para comprobar. La tensión iba en aumento y finalmente despedí del teléfono a la mujer con la que hablaba para prestar el 100% de mi atención a las maniobras. En varias ocasiones me dieron ganas de agarrar el coche del parachoques trasero, levantarlo como un Hulk y así enderezar la parte trasera y evitar ese fatídico mojón... claro... no era Hulk, no podía... si hubiera más gente, si alguien contestara a mis llamadas de las casas del lugar... volví a mirar... "si no se endereza el coche, no pasamos".
Finalmente, no sé cómo y casi dejándonos la estribera allí, el coche se enderezó y pudimos pasar.... Subí al mismo, con un ataque de nervios y le dije "lo que no sé es cómo ha pasado el coche por ahí antes", a lo que mi marido contestó "yo tampoco lo sé".
Le pregunté a mi hijo si estaba bien y me dijo que si, pero dijo varias veces que el coche había estado a punto de caerse.... Después de un rato, volviendo a hablar con la mujer de las casas y dando vueltas porque nos indicaba justo en otra dirección (al parecer pensaba que veníamos desde el otro lado), preguntamos a unas personas y nos dijeron que en un ratito irían en aquélla dirección y les podríamos seguir, pero al parecer, viendo la persona que conducía mi estado de ansiedad, les dijo a todos que subieran y que le siguiéramos.
Por fin llegamos, salimos del coche mi marido y yo (yo con las manos y las rodillas temblando) y me dispuse a bajar a mi hijo. Cuando le ví la carita, se me vino el mundo encima, porque tenía todo la cara congestionada y los ojos con huellas de lágrimas. Le abracé, se lo dije a mi marido y me dijo que en pleno momento de maniobras a punto de despeñarnos, había oído que lloraba y preguntaba sin parar y que él le intentaba decir que no, que se calmara que estaba intentando dar la vuelta, pero claro, tenía que tener toda su atención al coche y no podía hacer más... Me sentí peor todavía.
Bien es sabido que hay vivencias malas que con el paso del tiempo, hasta provocan una sonrisa... pues bien, a mí todavía no me ha provocado ni media sonrisa ninguna de las dos vivencias que nos ocurrieron en el camino... ni creo que me la lleguen a provocar nunca.
Una vez le bajé del coche, me dirigí a la casa, que tenía las llaves puestas y nos dispusimos a bajar las cosas y a llevarlas para dejarlas y ponernos a comer. Habíamos salido con tiempo, pero con tantísimos percances era ya muy tarde. Terminé de hacer rápidamente la ensalada de pasta y senté a mi hijo para que empezara a comer. En ese momento llegó la mujer que nos alquilaba la casa con su marido, que venían del médico. Comentamos todo lo que nos había pasado y nos dejaron para que pudiéramos comer y descansar.
A partir de ahí ya comenzó nuestro estancia de forma más o menos normal. Por la tarde nos dedicamos a descansar, bajamos a la piscina donde el agua estaba heladísima, uuuffff. Pero mis chicos se dieron un pequeño baño:
Yo me dediqué a disfrutar mirándoles, y a sacar alguna fotito, como este atardecer con el cielo totalmente brumoso:
Esa noche, a pesar de que estábamos derrotados, no dormimos demasiado. Nuestros vecinos de la casa más grande, estaban en la piscina, puesto que era donde tenían la barbacoa y nuestra ventana, daba a esa parte, así que estuvimos escuchándoles mientras intentábamos dormir con mucho calor. Menos mal que nuestro peque si que durmió, el pobrecito estaba derrotado.
Suerte que al día siguiente, la única casa cueva que había, se quedó vacía y pasamos a ella... ¡¡¡un cambio como de la noche al día!!!.
La próxima semana, seguiré con el relato de nuestras pequeñas vacaciones...
¡Hola preciosa! Menudo comienzo de vacaciones más accidentado, me has tenido con el corazón en un puño, menos mal que viendo la foto de tus chicos se escapa una sonrisa al ver su felicidad. Espero que el resto del viaje transcurriese al fin con normalidad (y espero que este finde no pase nada).
ResponderEliminarUn besazo y feliz martes!
Hola Yo misma:
EliminarPues si, fue un mal inicio de vacaciones. Después se normalizó todo, pero el recuerdo de los momentos amargos, ahí sigue :(.
Muchos Besotes!!!.
ufff menos mal que todo salio bien! jaja asi se recuerda para siempre!
ResponderEliminarY que lo digas Bea, esto no se olvida ni de casualidad. Y no es la primera vez que nos pasa algo al ir a Granada... no sé qué pensar :-$. Bueno, después ya fueron días "normales" ;).
EliminarBesotes!!!.
Joooooo, nunca veo las fotos y me las pierdo porque deben de ser preciosas!!!
ResponderEliminarVaya comienzo!!!!
Besitos!!
Ay Suu, ¡qué mal me sabe! :(, todas las fotos están en Flickr, me resulta cómodo por capacidad de blogger y demás. De todas formas, espero que las puedas ver desde otro ordenador, que todavía no sé si las puedes ver desde casa...
EliminarY si hija, vaya comienzo...
Muchos Besotes!!!.
buuff.... que sustoo!!! espero que todo acabe mejor... espero la siguiente para saberlo!!!! aixxx parece una novela! un besito. por cierto, preciosas y tiernas fotos
ResponderEliminarHola GaLa, ya vuelves a ser TÚ, bieeennnn!!!. Todo acabó bien finalmente, aunque nos perdimos alguna que otra vez, todo fue bien =D.
EliminarGracias y Muuchos Besotes!!!.
Bueno,..pues aquí sigo a la espera del relato,....que parece que poco a poco se va reconduciendo y "parecen vacaciones normales" y no deporte de aventura!!!
ResponderEliminarSi a mi me pasa lo de la ladera con el vértigo que tengo,.......acabamos en urgencias fijo!!!
Un beso!!!
Hola Rosa:
EliminarSi, poco a poco todo fue reconduciéndose, pero la ida fue muy mala para todos. No sé decirte si daba vértigo o no, pero la pendiente era contundente y no sé qué habría pasado con el coche... es que lo recuerdo y me pongo fatal, uufff.
Muchos Besotes Guapetona!!!.
Jolín, vaya sustos, Inma...menos mal que al final pudisteis disfrutar! Por cierto, tu niño tiene un pelo precioso!!
ResponderEliminarBesotes!
Hola Mo:
EliminarAy si, sustos de órdago, uuufffff, es que lo recuerdo y todavía me entra el tembleque :(. Y el pelo, pues mira, yo todo era que lo sacara a su padre y terminó sacando el mío, jajajaja.
Muchos Besotes!!!.
Con esta entrada me has tenido con el corazón en un hilo. Ufff me pongo en tu lugar y se me eriza la piel.
ResponderEliminarTu chico un héroe. Recuerdo el mal cuerpo que se me quedó una vez que fuimos a Gran Canaria y se nos ocurrió atravesar la isla desde el sur al norte por un carretera que iba entre la montaña... ufff cada vez el camino se estrechaba más y teníamos el barranco al lado... En ningún momento llegamos al extremo que cuentas, de tener que dar la vuelta... Porque si nos hubiese tocado hacerlo no tengo idea de si habrías podido.
Un abrazo!! Qué días más intensos de vacaciones!
Espero la tercera entrega
Hola Iorana:
EliminarMenuda historia la tuya también, ay, qué mal se pasa!!!, si hubiera sido yo la que llevaba el coche me da un pasmo seguro, así que estoy convencida de que salimos de allí gracias a mi chico. La última parte del viaje menos mal que nos dejó buen sabor de boca =D.
Muuchos Besotes!!!.