¡Qué decepción...!

Un día de la semana pasada, cuando volvíamos mi peque y yo a casa desde el parque, ví a lo lejos en nuestra dirección y por la misma acera a unos abuelos con su nieta. Yo iba pendiente de mi peque que iba con su bicicleta, pero una de esas veces que miré hacia adelante, me llamaron la atención. La niña no llegaría a 2 años e iba andando ella solita. Portaba una enorme hoja de árbol en cada una de sus manitas, que movía con energía esbozando una sonrisa. A su lado, la abuela también movía de vez en cuando hojas de igual tamaño, también cada una en una mano.

Llamaban muchísimo la atención por la estampa que ofrecían, y porque las grandes hojas de color entre amarillo y verde muy vivo destacaban movidas de arriba a bajo y de un lado a otro.

Esbocé una sonrisa ... ¡me encantó la imagen!. Pensé en la suerte de unos abuelos disfrutando de su nieta y jugando con ella mientras caminaban por la calle. Sin quitar la vista de mi hijo, le señalé al conjunto que cada vez estaba más cerca... "mira mamá, llevan hojas gaaaaandes",  "si corazón, ¿has visto qué chulas?".

Ya llegábamos casi a su altura. La pequeña emocionadísima sonriendo y mirando hacia sus abuelos y a las grandes hojas y la abuela, mirando hacia adelante y hacia su marido algo seria.... "uy, pues no la veo sonreír, pensé que estaría riéndose con el juego", pensé yo...

Hasta que por fin nos cruzamos y entonces pude ver claramente la cara de la mujer, seria, contrariada, mirando a su alegre nieta que iba escasamente un paso por delante de ella. Entonces también la pude oír "¿tú te crees que teniendo que ir haciendo aquí el ridículo en la calle por la niña?", soltó de sopetón dirigiéndose a su marido muy molesta... enfadada ....

Mi cara cambió radicalmente, mi sonrisa se borró y un velo de tristeza me cubrió por un momento... había creído ver una estampa feliz, unos abuelos jugando y gozando de esos juegos que casi sólo puedes disfrutar con tiernos infantes y resulta que la mujer estaba harta, hastiada, preocupada y enfadada por considerar que "estaba haciendo el ridículo" .

Sentí pena por ellos, pero más por la peque, puesto que ahora tal vez no llegue a darse cuenta, pero los niños no son tontos y comenzará a ver y sentir ese malestar.....

Los buenos momentos son para vivirlos y regocijarse en ellos hasta extasiarse, ¿qué más da lo que piensen los demás?. Si no haces mal a nadie y encima haces felices a los tuyos, disfruta, porque nadie sabe cuál será el momento elegido para jamás volver a poder hacerlo en este mundo y con tus seres queridos.

Dile a esa personita que tienes al lado que la quieres, que la adoras... abrázala, bésala. Posiblemente le hagas sonreís y pase a la risa y también te abrace y bese. Esa maravillosa energía, ese AMOR es lo que nos hace crecer como personas, el que nos llena y nos embriaga y nos hace disfrutar de la VIDA, así que no te preocupes por el "qué dirán" y borra de tu mente y de tu vocabulario la palabra "ridídulo" .