En "mi casa" siempre hemos tenido animales, han sido mis compañeros de juego, mis amigos, mis paños de lágrimas... Antes de que yo naciera ya habían perros, gatos y pájaros, así que cuando llegué al mundo en casa tuve que ser el acontecimiento para todos ellos.
Recién comencé a hablar, una gatita tuvo crías y la que se quedó en casa fue bautizada por mi "lengua de trapo" . Así que, como oía muchas veces la palabra "mico" dirigiéndose a mí, pues así se llamó la gatita, que aunque hembra, quedó con ese nombre... Fue una gata con muchísima personalidad, blanca y negra, absolutamente precioooosa y con los ojos de color más verde esmeralda que haya visto en gato alguno (por lo menos, así la recuerdo yo).
Una vez ya en mi etapa escolar, cuando llegaba a casa, siempre me esperaban mis dos grandes amigas y mis grandes apoyos en mis momentos tristes... mi gata "minona de dibujos" y mi perra Katy. La gata era la cosa más cariñosa que he tenido, blanca y con grandes manchas grises (por eso lo de "dibujos"), gran cazadora (era capaz de coger un ratón y sin que se le escapara éste, coger otro ). A esta gatita la recogieron mis padres en la calle siendo una cachorrita. Estaba sucia y era todo piel y huesos . Mi madre me contaba que jamás había visto a un animal tan sumamente agradecido, porque después de comer y beber recién llegada a casa, se deshizo en lametones con ella . La perra era tipo pastor alemán y sólo le faltaba hablar, con esos dulces e inteligentes ojos marrones que me miraban y me traspasaban. Cada una me esperaba por una parte de la casa donde vivíamos y si no iba a ver a Katy, la oía al poco lloriquear.
Estos aquí descritos, sólo son una pequeñísima parte de todos los que pasaron por mi casa y que compartieron mis momentos y mis juegos .
En mi adolescencia nos mudamos a un piso y mis padres no quisieron tener animales allí ; me costó muchísimo adaptarme y siempre quedó una parte de mi corazón tocado por su falta y por experiencias vividas.
Cuando nos casamos y tuvimos nuestra casa, teníamos claro que si era posible, queríamos tener un perro. Llegó el momento de cambiar de casa, con un pequeño patio y sin dudarlo fuimos a la protectora a informarnos... a la ida eramos dos en el coche y a la vuelta eramos tres. Una perra tipo pastor alemán a la que bauticé con el nombre de Katy en recuerdo de aquella a la que quise tantísimo de niña.
Las cosas de la vida quisieron que el cruce que tenía con raza siberiana (alaska, husky o similar) no diera demasiado buen resultado (según nuestro veterinario) y fue una perra tremendamente problemática que nos dio quebraderos de cabeza y con la que estuvimos con adiestradores y posteriormente con tratamientos y sesiones con una etóloga, hasta que llegó un momento en que se volvió agresiva y no tuvimos más remedio que sacrificarla antes de que la cosa no tuviera solución (pensamos en buscarle nuevo hogar y lo hablamos muchas veces con el veterinario, pero si con nosotros se comportaba así, ¿qué no haría con su/s nuevo/s dueño/s?). Fue un momento extremadamente doloroso que decidimos llevar a cabo acompañándola en sus últimos momentos.
Nos quedamos con Odín, nuestro pequeño mestizo que había llegado a casa, como posible solución a los problemas de comportamiento de Katy. Llegó con poco más de un mesecito y el pobre las pasó canutas con Katy, porque le hacía la vida imposible... además, era más bueno que el pan y no podíamos acariciarle o llamarle, porque inmediatamente venía la otra a quitarle de en medio. Es triste decirlo pero una vez que Katy ya no estuvo, Odín comenzó "a disfrutar de tener una manada que le quería".
A día de hoy, Odín está a punto de cumplir 10 años... ni siquiera de cachorro jugando nos mordió, ni cuando tienen esos dientecitos que les están saliendo y muerden todo lo que se pone en su camino... él sólo se dedicaba a soltar lametones a diestro y siniestro . Cruce de una especie de terrier tibetano y de una mestiza, quedó "cagao y meao" a su madre , pero con la mandíbula prognática del padre. Finalmente tiene más pinta de bodeguero ratonero que otra cosa, eso sí... con la mala leche de los terrier cuando ven a otros perros. Nervio puro, juguetón hasta la extenuación y corredor incansable... siempre fue para mí "mi pequeño galguito" cuando le veía correr. Hace unos meses nos pegó un susto y es que su ojo derecho se veía sanguinolento e inflamado . Diagnóstico: glaucoma... se está haciendo mayor... y también inicio de cataratas en ambos ojos . El glaucoma se le ha estado tratando y parece haber desaparecido.
Éste es el miembro perruno de la familia :
Recién comencé a hablar, una gatita tuvo crías y la que se quedó en casa fue bautizada por mi "lengua de trapo" . Así que, como oía muchas veces la palabra "mico" dirigiéndose a mí, pues así se llamó la gatita, que aunque hembra, quedó con ese nombre... Fue una gata con muchísima personalidad, blanca y negra, absolutamente precioooosa y con los ojos de color más verde esmeralda que haya visto en gato alguno (por lo menos, así la recuerdo yo).
Una vez ya en mi etapa escolar, cuando llegaba a casa, siempre me esperaban mis dos grandes amigas y mis grandes apoyos en mis momentos tristes... mi gata "minona de dibujos" y mi perra Katy. La gata era la cosa más cariñosa que he tenido, blanca y con grandes manchas grises (por eso lo de "dibujos"), gran cazadora (era capaz de coger un ratón y sin que se le escapara éste, coger otro ). A esta gatita la recogieron mis padres en la calle siendo una cachorrita. Estaba sucia y era todo piel y huesos . Mi madre me contaba que jamás había visto a un animal tan sumamente agradecido, porque después de comer y beber recién llegada a casa, se deshizo en lametones con ella . La perra era tipo pastor alemán y sólo le faltaba hablar, con esos dulces e inteligentes ojos marrones que me miraban y me traspasaban. Cada una me esperaba por una parte de la casa donde vivíamos y si no iba a ver a Katy, la oía al poco lloriquear.
Estos aquí descritos, sólo son una pequeñísima parte de todos los que pasaron por mi casa y que compartieron mis momentos y mis juegos .
En mi adolescencia nos mudamos a un piso y mis padres no quisieron tener animales allí ; me costó muchísimo adaptarme y siempre quedó una parte de mi corazón tocado por su falta y por experiencias vividas.
Cuando nos casamos y tuvimos nuestra casa, teníamos claro que si era posible, queríamos tener un perro. Llegó el momento de cambiar de casa, con un pequeño patio y sin dudarlo fuimos a la protectora a informarnos... a la ida eramos dos en el coche y a la vuelta eramos tres. Una perra tipo pastor alemán a la que bauticé con el nombre de Katy en recuerdo de aquella a la que quise tantísimo de niña.
Las cosas de la vida quisieron que el cruce que tenía con raza siberiana (alaska, husky o similar) no diera demasiado buen resultado (según nuestro veterinario) y fue una perra tremendamente problemática que nos dio quebraderos de cabeza y con la que estuvimos con adiestradores y posteriormente con tratamientos y sesiones con una etóloga, hasta que llegó un momento en que se volvió agresiva y no tuvimos más remedio que sacrificarla antes de que la cosa no tuviera solución (pensamos en buscarle nuevo hogar y lo hablamos muchas veces con el veterinario, pero si con nosotros se comportaba así, ¿qué no haría con su/s nuevo/s dueño/s?). Fue un momento extremadamente doloroso que decidimos llevar a cabo acompañándola en sus últimos momentos.
Nos quedamos con Odín, nuestro pequeño mestizo que había llegado a casa, como posible solución a los problemas de comportamiento de Katy. Llegó con poco más de un mesecito y el pobre las pasó canutas con Katy, porque le hacía la vida imposible... además, era más bueno que el pan y no podíamos acariciarle o llamarle, porque inmediatamente venía la otra a quitarle de en medio. Es triste decirlo pero una vez que Katy ya no estuvo, Odín comenzó "a disfrutar de tener una manada que le quería".
A día de hoy, Odín está a punto de cumplir 10 años... ni siquiera de cachorro jugando nos mordió, ni cuando tienen esos dientecitos que les están saliendo y muerden todo lo que se pone en su camino... él sólo se dedicaba a soltar lametones a diestro y siniestro . Cruce de una especie de terrier tibetano y de una mestiza, quedó "cagao y meao" a su madre , pero con la mandíbula prognática del padre. Finalmente tiene más pinta de bodeguero ratonero que otra cosa, eso sí... con la mala leche de los terrier cuando ven a otros perros. Nervio puro, juguetón hasta la extenuación y corredor incansable... siempre fue para mí "mi pequeño galguito" cuando le veía correr. Hace unos meses nos pegó un susto y es que su ojo derecho se veía sanguinolento e inflamado . Diagnóstico: glaucoma... se está haciendo mayor... y también inicio de cataratas en ambos ojos . El glaucoma se le ha estado tratando y parece haber desaparecido.
Éste es el miembro perruno de la familia :
El destino quiso que cuando contaba con 2 ó 3 años (no recuerdo y no pone la fecha en su cartilla ), en unos de nuestros paseos, un pequeño felino atigrado saliera a nuestro encuentro. A todas luces, era un gato doméstico que habían abandonado o se había escapado. Cariñoso hasta la médula y confiando... a mi marido nunca le habían hecho demasiada gracia los gatos, pero... no podía dejarle allí porque con su forma de ser, no iba a durar ni dos días en la calle. Resultado, se vino a casa con nosotros y "aprendieron a convivir" . Odín nunca fue demasiado arisco con los gatos, pero una cosa era verlos en la calle y otra muy distinta, que se metiera uno en su casa . Además cuando el gato no tenía más remedio que defenderse porque él le atacaba, en lugar de huir ante sus uñas... lo pensaba y volvía a atacar, pero eso sí... con los ojos bien cerrados para que fueran diana de las zarpas . Era para partirse de risa verlos a los dos.
El gato se pasó a llamar Tiger, siendo también macho y atigrado. Tan sumamente cariñoso como recordaba que era "la minona de dibujos". Finalmente se hicieron amigos y no duermen juntos porque Odín no le deja, pero que no sea porque él no lo intenta .
Cuando nuestro peque estaba en el útero materno no sólo escuchaba el corazón de su mamá (entre otros sonidos internos), también escuchaba y sentía el mágico ronroneo de Tiger, puesto que en muchas ocasiones, hacíamos las siestas en el sofá con él en mi regazo. Tal vez por ello, en cuanto comenzó a distinguir y a fijarse en el gato, aparecía en su carita una feliz sonrisa que en muchos casos pasaba a ser una gran risa.
Ellos son parte de nuestra manada... de nuestra familia y quiero guardarles siempre en mi corazón y que nuestro pequeño también lo haga. Espero que estén con nosotros muchos más años, pero habida cuenta de la edad que van teniendo y de la tierna edad de nuestro peque, he querido hacer esta entrada para que siempre pueda quedar testimonio y recuerdo de nuestros "otros niños".
Mi próximo objetivo, es añadir una foto más a esta entrada... una foto de toda la manada... de toda la familia . Sólo falta ver cuándo será posible ese momento...
Qué bonito, pero no puedo conocerlos, jopelines!!!
ResponderEliminarEn casa tenemos a Pili2, porque Pili y Mili pasaron al cielo de las tortugas. Y también tenemos un hormiguero, con su hormiga reina, que mi marido mima mucho. Creo que los animales son muy importantes para los niños, pero hay que saber las limitaciones de cada familia.
Son grandes mascotas.
Besitos
Hola Suu:
Eliminar¿Un hormiguero?, me tienes que contar cómo lo tenéis y dónde, me ha parecido muy curioso =D. Es cierto que cada familia debe saber qué puede tener en su casa y todos los miembros deben estar de acuerdo y ser responsables de su cuidado, puesto que se trata de seres vivos que deben ser cuidados y respetados, siendo, en la mayoría de los casos, un miembro más de la familia.
Besotes!!!.
Uff... yo también adoro a los animales, me crié en la granja de mis abuelos... con eso os lo digo todo! jejejeje
ResponderEliminarAora mismo vivo en una casa con la suficiente terraza para albergar a nuestro yorksire Tiko y nuestra gata kitty y en el campo están Tor y Darma un matrimonio de Rotwailers que acaban de ser papas..
si por mi fuera me montaría un zoo.. jajaja compartir la vida con animales es maravilloso, son taaaan agradecidos y cariñosos!
Hola Mamia Loon:
Eliminar¡Qué gran suerte haberte criado en un granja!, la de anécdotas que tendrás ;). Mis abuelos y mis tíos tenían algunas cabras, conejos, gallos, gallinas y algunos más y sobre todo con los conejitos pequeños disfrutaba mucho =D.
Felicidades por compartir con también vuestra vida con ellos.
Besotes!!!.
Ay! Inma, te leía y no podía pensar que esta entrada en parte es culpa mia, porque como dices estamos conectadas. Anoche justo escribí una entrada hablando de mi perra Tana. No la publicaré hasta dentro de unos días, pero te leía y lo sentía, sentía esa relación especial que se establece con los animales de nuestras manadas.
ResponderEliminarLa última frase de lo más enigmática. Para que no podamos dejar de leerte en busca de esa foto de toda la manada.
Un besito
Hola Chiqui:
EliminarNo te preocupes que no es "culpa" tuya. Desde que le pasó a Odín lo del glaucoma en el ojo, estoy más sensible y soy más consciente de la edad que tiene y del tiempo que llevan con nosotros. Además, recientes circunstancias en nuestros días de vacaciones, todavía han hecho más mella en ello. Ya hace unos días comenté que quería hacer una foto a toda la familia y es que quiero que quede para el recuerdo esa imagen y no sólo en nuestro corazón y en nuestra cabecita.
Muuuchos Besotes!!!.
Los animales también forman parte de nuestras vidas, ahora tenemos un precioso puli que adoptamos hace un mes, desoués de perder a una cachorrita maravillosa que nos arrebató la maldita parvovirosis, hoy lo hemos llevado a castrar y tenemos el corazón encogido en casa rezando para que todo salga bien!!!!
ResponderEliminarMe ha encantado leer la historia de los animales de tu vida, un abrazo
Hola Monica:
EliminarEntiendo cómo debes estar. En mi caso tengo "suerte" porque nuestro veterinario es conocido y estuve haciendo prácticas con él de auxiliar, por lo que puedo ir a la clínica, puedo estar en la operación e incluso me los puedo llevar antes a casa (siempre que no haya ningún problema, claro está). Verás como sale todo bien y en unos días, como si nada.
Muchos Besotes y espero que me cuentes que todo fue bien!!!.
Me ha encantado conocer la historia de esa parte tan importante de vuestra familia.
ResponderEliminarUn besazo preciosa!
Hola Yo misma:
EliminarA veces la memoria nos falla y así no hay problema. Un día, mi peque se sentará y leerá conmigo y será partícipe de todo este rinconcito que nació por él.
Muchos Besotes!!!.
Veo que sentimos cosas parecidas hacia los animales... para mí desde peque también han sido uno más en la familia, y siempre han formado parte de mis juegos y me han acompañado... He llegado a sufrir tanto por sus pérdidas como por las de algún ser humano. Y sigo sintiendo lo mismo por ellos hoy en día.
ResponderEliminarMe encantan tus "otros niños"... y que bueno que un perro y un gato se lleven tan bien!!
Hola Desirée:
EliminarSon una parte muy importante en nuestras vidas ¿verdad? =D. Lo de los gatos y los perros es curioso, porque aunque en su naturaleza no esté el ser "amigos", siempre pueden aprender a serlo. En mi infancia mi perra Katy y la "Minona de Dibujos" también se llevaban bien e incluso a veces Katy dejaba comer de su comida a la gatita y dormían juntas... eran sensacionales las dos.
Muuuchos Besotes!!!.
Qué lindos tus "bichos" (acá se usa generosament, eh?), y sí tu Tiger es igual a mi Melinda, que también viene de la calle. Las siestas que se dormía Melinda en mi panza cuando estaba embarazada de mi hija!!! Qué lindos recuerdos. Mi hija siempre dice que somos 6 en casa, nosotros cuatro y las dos gatas.
ResponderEliminarUn abrazo grande!
Jajajaja, no te preocupes Irene, aquí yo también digo muchas veces lo de "bichos" ;). Tu hija tiene toda la razón, sois 6 en casa, ¡¡¡familia más que numerosa!!!. Me gustaría conocer a tus dos gatitas :D.
EliminarMuuuchos Besotes!!!.
Hay que bueno la foto de los dos!
ResponderEliminarHola a todo el equipo :):
EliminarLa verdad es que la foto está hecha hace algún tiempo y con un móvil que ya ni tenemos, pero es que me hace tanta gracia, que he querido ponerla.
¡Gracias y Besotes!.
Yo también tuve un Odín... siempre lo recordaré.
ResponderEliminarMi casa ha sido siempre de muuuuchos perros, porque mi madre cuando se encontraba algún perrito abandonado le daba mucha lástima, y si no le encontraba un hogar acabábamos quedándonoslo, y así sus cachorros.
He llegado a tener 11 perros juntos.
La casa es grande con un terreno de 1.000 metros, y detrás es todo bosque dónde pueden salir a jugar.
Actualmente yo vivo en esa misma casa, y tenemos 4. 1 ya muy mayor...
pero recuerdo a todos los que han pasado por mi vida como algo especial,almas nobles, dóciles, agradecidas... tengo un lugar en el corazón para todos ellos.
Y siempre hablo con mi madre que seguro que en el cielo también habrá un sitio para ellos.
raspu, totó, lili, pitu, tintin, thor, tara, stam, brillante, odín, húbal (( júbal)), pipa, rul, pusra, lluna, pepote.... estos son algunos de los que han pasado por mi vida. MIS GRANDES AMIGOS
Ay GaLa, ¡¡¡qué gran privilegio crecer así!!!, con tanto para jugar y con tantísimos compañeros de juego =D. Yo recuerdo los momentos de juego con ellos de niña y me aparece una enorme sonrisa en la cara aunque no quiera, ¡¡¡nos dan taaaaanto!!!, sin importarles quiénes y cómo seamos ^^.
EliminarEn cuanto a tu lugar de residencia, yo quiero vivir en un lugar así... bueno, corrijo, nosotros queremos vivir en un lugar así. Tendríamos seguro alguno más y podríamos corretear con ellos, y tener un pequeño huerto y.... ainsss, ¡tal vez algún día!.
Encanta de tenerte por aquí y leerte y de que compartamos ese amor por ellos!!!!.
MUACKS.