viernes, 11 de noviembre de 2011

La Tiendita de toda la vida

Siempre me han gustado las tiendas de barrio, los pequeños comercios de los que, lamentablemente, cada vez quedan menos. Lugares familiares donde te conocen, saben de tus gustos, guardan algún producto pensando en tí, charlas de alguna cosilla sin importancia...


No soy urbanita, no me gustan las grandes superficies, tan impersonales, donde tantas luces, gente y música me marean. Podré encontrar todo o casi de todo en un mismo sitio, pero no puedo pretender ser atendida "como a mí me gusta" , como persona y no como un mero "cliente" aunque es lo que soy.

Desde que vivimos en Mutxamel he podido disfrutar de pequeños comercios, donde disfrutas de una atención más personalizada, más de tú a tú... Y es rara la semana en que no he pasado por delante de una tienda que a todas luces, parecía una frutería de barrio o de pueblo, pero nunca me paré o entré en ella, puesto que ya tenía localizadas en el pueblo dos fruterías en función la zona por donde me moviera. Pero ayer que había mercado, iba buscando una cajita de sodas para hacer coca y no encontraba y tampoco quería irme hasta Mercadona porque me pillaba lejos y no tenía ni ganas ni tiempo. Pregunté en algún puesto del mercado, pero no tenían y de vuelta ya a casa, pensando en dejar la receta para otro día, pasé como tantas otras veces por delante de esta frutería. Me sorprendió no ver las cajas de fruta y verdura y pensé que por ser día de mercado, estarían su dueños en un puesto. Al estar la entrada más despejada, ví que se trataba de una pequeña tienda de ultramarinos, una tiendita de barrio de toda la vida y me dispuse a entrar. Iba con mi peque en el fular a la espalda y nos recibió una abuelita pequeña y dulce, que en ningún momento me miró extrañada de cómo llevaba a mi peque... su forma de preguntar más se me asemejó a las tienditas de mi niñez. Le pregunté si por casualidad tenía lo que buscaba y muy cariñosa me contestó que no sólo tenía por casualidad, más bien por necesidad porque no era amiga de la levadura química y donde estuviera lo de toda la vida, nada mejor. Me preguntó muy suavemente para qué la necesitaba y al decirle, comentó que probara a hacer magdalenas y que también podía probar de otra forma. Preguntó si llevaba prisa para darme su receta que la tenía anotada. Nos adentramos algo más en la tienda tras ella y me sorprendió ver que salía por una puerta que daba a un patio y por donde aparecía otra puerta de acceso a la vivienda. Me encantó y así se lo dije. "Claro", dijo ella, "la casa da a la otra calle". Volvieron todos los recuerdos de mi niñez, cuando mi madre me mandaba a algún encargo a la tienda del barrio. La amable señora sacó una libreta cuadriculada tamaño cuartilla donde tenía anotadas todas sus recetas y que me enseñó y leyó. Tomé nota y le dí las gracias encantada. "Ya me contarás el próximo día", dijo mientras nos despedía a mi peque y a mí.

Salí entusiasmada de haber descubierto esta tiendida.... ¿porque no la había visto antes?; no será la última vez que la visite, esta tiendita y su amable abuelita se van a convertir en uno de mis sitios "de confianza".



En esta sociedad en la que vivimos llena de estrés y prisas me llena de alegría encontrar estas pequeñas islas que nos devuelven retazos de niñez y de otra forma de vida, y que nos recuerdan que en muchas ocasiones, las cosas de siempre, las de toda la vida, siguen siendo las mejores.

7 comentarios:

  1. Hermoso, Inma. Acá también hay tiendas de éstas, lentamente van desapareciendo, algunas van quedando. Sí, en estas tiendas hay que comprar!

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  2. ¡Gracias Irene!. Parece que la desaparición de estas pequeñas tiendas se da en todas partes y es una auténtica pena. Ahora priman los grandes centros comerciales llenos de luz y ruido. Yo defiendo los sitios chiquitos, tranquilos, donde nada más entrar, te reciben con un Buenos/as días/tardes y una Sonrisa =D

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  3. Es una decisión de todos nosotros como consumidores el realizar las compras en comercio local, fomentando de esta forma, no solo ese trato directo que cada dia se da menos, sino tambien que la economia local se desarrolle, retroalimentandose de este consumo.

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  4. Está en nuestra manos cambiar poco a poco muchas cosas :)

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  5. que bonito. A mi también me gustan los sitios así. No se porque pero te hacen sentir más persona. un besito

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  6. que bonito. A mi también me gustan los sitios así. No se porque pero te hacen sentir más persona. un besito

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    Respuestas
    1. Así es GaLa, no hay nada como ir a una tienda de barrio, a un comercio local para que sea algo totalmente "personalizado", todo... el trato, el producto, el servicio... soy auténtica fan de estos lugares y me muero de pena cada vez que veo grandes cadenas por donde la gente pasea y tiendas de barrio cerradas :_(.

      Muchos Besotes Preciosa!!!.

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¡Gracias por pasarte!. ¡Gracias por tus palabras! :).

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