Vacaciones por las Lagunas de Ruidera

Estas han sido nuestras primeras vacaciones con el peque caminando, corriendo y sin parar de aquí para allá. El año anterior, todavía no se había soltado a andar él solito y hace unos meses nos fuimos a Granada dos días, pero por un curso, por lo que no pudimos disfrutar en familia. 

En esta ocasión, el lugar fué Ciudad Real, las Lagunas de Ruidera, en Ruidera.

En un entorno rural, como a nosotros nos gusta y en donde pudimos ir también con nuestro perro, que volvió a disfrutar después de muchísimo tiempo, de unos días fuera de casa y con la manada. 

Desde nuestra habitación disfrutábamos de unas preciosas vistas a la Laguna del Rey.

Nos encontramos con un pueblo en inicio de fiestas, comenzando el día que llegamos, 12 de Agosto, hasta el 15 de Agosto inclusive. La primera noche lanzan un castillo de fuegos como inauguración de los festejos y después, cada noche hay una especie de correfuegos, que creo recordar, le llaman El Toro de Fuego. Hay música en la plaza del pueblo y puestos de feria y artesanos.

El primer día fuímos siguiendo las lagunas en dirección al nacimiento, parando y buscando caminos y senderos para bordearlas, pero nos encontramos con que en esta época del año están masificadas de gente que busca el baño para refrescarse. Allí pudimos ver que, a pesar del suelo abrupto y las rocas, las familias se llevan los carritos de los niños, haciendo verdaderos malabares para llegar a cualquier sitio con ellos... desde llevar los niños con los carritos tipo "carretilla", hasta en volandas entre tres personas (lamentablemente no tengo fotos de ninguna de estas escenas).

Posteriormente buscamos otras rutas, menos concurridas pero más buscadas por nosotros y al día siguiente nos dirigimos al Castillo de Penyacerrada, un enclave precioso con el Embalse de Penyacerrada a sus pies.

Disfrutamos enormemente de este día, con el paisaje y con menos confluencia de visitantes. Nuestro peque quería recorrer todo andando e iba alternativamente de la mano de su padre a la mía y así sucesivamente, mientras nuestro perro nos seguía subiendo y bajando cuestas y escaleras.

Esa misma tarde visitamos El Hundimiento en el mismo Ruidera, donde nos alojábamos, que se trata del mayor salto de agua de todas las lagunas. Dejando el vehículo en el cementerio, se continua el camino que te lleva al mirador.

Desde allí, continuamos el sendero que era el inicio de una de las rutas de senderismo de la zona, sin saber dónde llevaba, ni cuánto recorreríamos, puesto que dependíamos de la hora y de nuestro peque. Nos encontramos con un sendero lleno de vegetación, de animales escurridizos y de agradable sombra proporcionada por la gran cantidad de árboles. 

Allí pude probar a realizar mis primeras fotos macros en manual a insectos posados en plantas, con el objetivo normal que venía con la cámara de fotos.

Al día siguiente, ya con una guía de senderos de la zona, quisimos realizar otra de las rutas, pero había menos vegetación y hacía muchísimo calor y teniendo en cuenta que íbamos con el peque y con nuestro perro, que además es negro, recorrimos poco camino y nos volvimos, no sin disfrutar del lugar y haciendo fotos.

En este caso la ruta parte también del cementerio, pero hacia el lado contrario, cruzando la carretera.

Y por último, visitamos el mirador desde donde se disfruta de unas vistas aún más privilegiadas de la Laguna de Rey y del inicio de alguna de sus vecinas.

El día de vuelta y en un parque, pude fotografíar las figuras de Don Quijote y Sancho Panza, personajes tan emblemáticos y característicos de toda la zona de La Mancha.

Volviendo no pude evitar un sentimiento de tristeza, puesto que a pesar de que fueron unos días con bastantes momentos algo estresantes, puesto que nuestro hijo está en plena etapa del NO y de no hacer caso y no parar quieto ni un solo momento, fueron unos días en familia, disfrutando de nuestra compañía y en un entorno precioso. Esto nos llevó a retomar nuestra idea de buscar sitios en nuestra provincia para disfrutar de naturaleza, así que, la misma tarde en que llegamos a nuestra casa, me puse en contacto con una antigua conocida y amiga que lleva un grupo excursionista; así que en breve, tendremos más senderos que recorrer y más paisajes y momentos para fotografíar (pudiendo así continuar experimentando y aprendiendo cámara y manejo).