viernes, 29 de noviembre de 2013

En constante cambio

Un Viernes más, otra semana que está a puntito de irse... todo cambia, como vemos a continuación...


El buda del viaje


"Todo cambia, 
nada permanece inalterado". 

La vida es un constante viaje: estamos siempre en tránsito de un estado a otro, de unas personas a otras, y lo único que permanece inalterable es el cambio. Entender la naturaleza mutable de la realidad nos ayudará a fluir con el mundo y disfrutar de la travesía.

En su poema Viaje a Itaca, Konstandinos Kavafis dice que el peregrino de la vida debe rogar "que sea largo el camino, lleno de aventuras, lleno de experiencias", sin esperar otras riquezas que el "bello viaje".

La diferencia entre un turista y un viajero es que el pimero conoce de antemano cuánto y dónde llegará, mientras que el segundo sabe de dónde ha salido pero no su destino, pues éste se va creando paso a paso.

Y tú ¿eres un turista o un viajero de la vida?.

Un viejo proverbio reza: "Si vas a Roma, haz de romano sin dejar de ser tú mismo". Tal vez sea esa la esencia del cambio: ser capaces de fluir con él sin renunciar a ser lo que somos.


Ilustración de Douglas Wright, de su página
El Jardín de Douglas, si no lo conocéis, hacedle una
visita sin falta porque merece la pena toda su obra.

Libros de viaje

Lao Tse afirma que "el mundo puede conocerse sin salir de casa". Tomando su sugerencia muy al pie de la letra, los libros de viaje -o los buenos documentales- son un buen vehículo para conocer otras latitudes cuando la rutina nos obliga a una vida sedentaria.

Y debo decir que ¡¡¡gracias porque todo cambie!!!, nada es para siempre, todo está en contínuo movimiento... así pasan rachas y vienen otras y otras... Al igual que sale el sol cada día, pero nunca ves el mismo cielo, ni las mismas nubes...

Poco más puedo decir aquí, más que como ya sabemos, es importante disfrutar y vivir el "aquí y ahora" y eso nos dejará disfrutar del viaje... No sé el porqué, me ha traído a la cabeza "El Camino de Santiago" (que no he hecho), pero en el que todos son peregrinos, nadie sabe lo que se va a encontrar y todos coinciden en que haberlo hecho, ha significado mucho, ha cambiado algo en su interior. El camino hace que uno se enfrente a uno mismo y que viva cada segundo para poder continuar con el siguiente...

Disfrutad vuestro camino, cada paso y cada sorbo del mismo...

¡¡¡Feliz Fin de Semana!!!.

jueves, 21 de noviembre de 2013

Desaprender para comprender

Me gusta llegar al viernes, no sé a vosotros/as, pero a mí, aparte de porque acaba la semana de las prisas y los horarios, también llega el día en que aquí comparto un capítulo de mi librito "99 maneras de ser FELIZ y 99 recetas budistas para vivir con plenitud" y mis reflexiones al respecto.


El buda de la compresión


"Toda enseñanza es como una
balsa: hecha para hacer una
travesía, pero a la que no hay
que atarse".

Krishnamurti advertía que "Aprender es un proceso constante y no un proceso aditivo". Para aprender, por lo tanto, es preciso partir de cero apartando los conocimientos previos. La acumulación de conocimientos actúa, en ese sentido, como un obstáculo, pues a lo nuevo -la comprensión- no se puede llegar a través de lo viejo -la acumulación de saber.

A menudo no logramos conquistar nuevos puntos de vista porque nos aferramos a viejos prejuicios, a valoraciones morales que nos han inculcado en la escuela o en el seno de la familia. Para liberar el pensamiento y ampliar la mirada, en ocasiones hay que desaprender lo aprendido. Sólo así se puede partir de cero y llegar a la verdadera comprensión.

¿Qué significa "partir de cero" en la vida diaria?. Algunos ejemplos: ver con "nuevos ojos" a alguien por quien siempre hemos sentido aversión; realizar un trabajo que nos desagrada con la inocencia de la primera vez; "mirar" el mundo que nos rodea en lugar de "ver" sin prestar atención...


Abre los ojos

Realiza este sencillo experimento: proponte hoy mirar el lugar donde vives con los ojos del visitante que llegar por primera vez. En lugar de desplazarte maquinalmente de un lugar a otro, disfruta de los detalles que dan caráctar a tu pueblo o ciudad. Descubrirás un mundo que siempre estaba allí pero que te había pasado inadvertido.

Y no puedo evitar acordarme de aquel genial programa "La Bola de Cristal", con la Bruja Avería y los Electroduendes que decían "hay que desenseñar a desaprender como se deshacen las cosas", qué tiempos... Y es que en ocasiones, nuestra mente está tan llena no sólo de enseñanzas, sino también de prejuicios, valoraciones, etc. que nos impiden ver aquéllo que tenemos delante, aquéllo que nos es velado. Como una copa de agua que no puede ser llenada, a no ser que antes haya sido vaciada, así actúamos muchas veces nosotros, por lo que debemos de "vaciar" para poder embebernos de nuevas vivencias y enseñanzas.



Por eso, abrid vuestra mente y vuestro corazón, no juzguéis, seguramente os sorprenderéis muchísimo de todo lo que no sabéis y de todo lo que podéis aprender.

En este sentido la fotografía es un buen ejercicio, puesto que puedes salir de tu casa con la firme intención de "ver con ojos distintos" todo lo que te rodea, por donde pasas todos o casi todos los días, tal y como propone el capítulo. Puedes ver más allá de calles y casas, más allá de parques y árboles, simpre habrán vivencias únicas, cielos únicos, momentos únicos.

Y ya que hablaba de "La Bola de Cristal", como no he encontrado justo un vídeo donde los Electroduentes digan la famosa frase (que lo habrá seguro, pero no he dado con él), aquí va un vídeo del programa en donde libros, historias, imaginación y niños se fundían en una maravilloso "Viaja con la imaginación, lee libros".


miércoles, 20 de noviembre de 2013

Paté de Pimientos rojos

Se me va a pasar Noviembre y casi sin publicar nada para el reto Noviembre a Fuego Lento. Como ya dije, quiero publicar unas recetitas de Patés Vegetales, fáciles de hacer, riquísimos, distintos, para sorprender, vamos... que no podéis pasar sin probarlos. Aunque no sea en lo que queda de mes, lo haré.

Este Paté de Pimientos rojos lo encontré en un libro chulísimo que me regaló mi hermana =^D, se trata de "Comida sana, comida rica", de Marisa Fernández y Ediciones Obelisco, altamente recomendable.

Lo probamos en casa y mmmmmm, qué cosa más ricaaaaa, claro que nos encanta el pimiento y sobre todo, el rojo; no falta nunca en casa. Estaba convencida de que mi Cucolinet lo probaría y le encantaría, pero está en un momento de esos difíciles de los niños pequeños, que de pronto, lo que ayer le gustaba, hoy no le gusta, y/o que sin probar las cosas, dice que no le gustan. Dirá que el pimiento tal cual lo vé, le chifla, pero que yo le diga que es de pimiento y ver así como un puré, pues como que no. En la segunda o la tercera ocasión que lo hice, conseguí que probara un poquito, pero puso cara rara, dijo que estaba riquísimo y que simplemente, no le apetecía, jajajaja, vamos, un "bien queda". De todas formas, ya sabéis que no os podéis fiar de esta opinión en estos momentos de "me gusta, no me gusta, me gusta"... si que os puedo decir, que a mi marido y a mí, ¡¡¡nos chifla!!!.

Ingredientes

1/2 Cebolla
1 Ajo
1 ó 2 Pimientos rojos
1 cucharada de café de Miso
2 cucharadas soperas de Aceite Oliva Virgen Extra
Orégano
Pimienta negra

Preparación

Cortar la cebolla, el ajo, el pimiento en trozos pequeños y pocharlos con el aceite en una sartén tapada a fuego lento (como no, jejeje) durante media hora. Triturar con el miso y agregar el orégano y la pimienta negra.

Dejar que se enfríe y servir.

Si a la media hora ha soltado mucho jugo, se puede destapar la sartén y dejar que se evapore para que tenga más consistencia.

Los pimientos rojos contienen altos niveles de carotenos y son una excente fuente de vitamina C y E. Los carotenos se absorben mejor cocinados. Añadiéndoles el miso, los hace más digestivos.

Y ahora una fotito, tomada con muchas prisas pero con la que seguro, os hacéis una idea.


Espero que os animéis a probarlo, éste y otro muchos patés vegetales.

viernes, 15 de noviembre de 2013

Aceptar y fluir

He tenido un fin de semana muy intenso y que a la vez me invitaba continuamente a fluir. Mi semana también está siendo muy intensa, retomando, renovando, preparando... pero llega el viernes y ya sabemos, en este rinconcito toca hacer una pausa, respirar y reflexionar con tranquilidad.


El buda de la aceptación


"No hay trabas para aquellos 
a los que no gusta ni disgusta 
nada".

Las personas que viven constantemente entre el lamento y la queja no sólo logran irritar -y ahuyentar- a los demás, sino que pasan por alto los pequeños placeres que ofrece la vida y acaban de la peor de las maneras: haciéndose enemigos de sí mismos.

En cambio, una actitud generosa hacia la realidad, la aceptación de aquello que nos proporciona la vida a cada instante, es la clave para una existencia feliz y despreocupada. En otros términos: más que hacer lo que te guste, se trata de lograr que te guste lo que haces.

Esta sabia disposición fue ejemplificada por Voltaire a través de su hilarante -y profundo- Cándido, que entiende el optimismo como "el empeño de sostener que todo es magnífico cuando todo es pésimo". Puesto que Dios creó el mundo para "hacernos rabiar", Cándido propone que cada ser humano cultive su propio jardín, pues el trabajo es "el único medio de hacer la vida tolerable".

Imagen de la página
Fortalece tu autoestima



El arte de fluir

El profesor Milahy Csikszentmihalyi revela en su libro Flow este interesante dato: la mayor parte de las personas encuestadas situaron los momentos más intensos de felicidad en el ámbito laboral. Lo describen como una sensación de "fluir" con lo que están haciendo.


Y por encima de todo, está la aceptación de uno/a mismo/a, porque ¿cómo vas a aceptar el resto si no te aceptas tú?. Seamos altos, bajos, gordos, flacos, tristones, alegres, desgarbados o atléticos... somos únicos y a la vez somos piezas fundamentales para la vida de muchas personas: padres, madres, hermanos, amigos, tíos, sobrinos, primos... y un largo etcétera. Ya, diréis, es muy fácil decirlo..., pues si, pero vamos a relativizar: mirad un bebé, si sois su padre, madre o cuidador en algún momento, para el bebé sois importantísimos, porque necesita vuestro contacto, vuestro amor y calor, vuestra presencia, vuestra voz.... sois perfectos para él. No os juzgará, porque el bebé percibe y precisa de vuestra esencia. Claro, diréis, es que un bebé no sabe, es muy pequeño. Bueno... y si os hablo de una mascota..., podríamos aprender mucho de los animales, deberíamos fijarnos más en ellos, pero ahora nos encontramos demasiado separados de nuestra raíz animal, de la naturaleza. Para un perro también sois perfectos, no le importa vuestro aspecto físico, os adorará exactamente igual vayáis de chándal o con traje (o tal vez más con lo primero porque seguro que le dejáis acercarse más, jejeje). Entre ellos tampoco tienen problemas, se aceptan como son y no les importa mezclarse, no hay razas, estaturas, clases..., no hay altos o bajos. Así que, ¡¡¡acéptaos!!!, porque todos tenemos muchas cosas que nos hacen especiales.

Tal vez penséis que habrán cosas en vosotros que puedan mejorar, que se puedan cambiar... ¡pues claro!, pero lo primero es aceptarse, reconocerse para después ver qué se puede mejorar y cómo, y poner empeño e ilusión.

Así que, comencemos a aceptar las cosas como son, fluyamos con ellas para ser más felices y estar más relajados. Esto me recuerda esa famosa frase "si tiene solución, ¿por qué te preocupas? y si no la tiene ¿por qué te preocupas?".

Como madre debo decir que es bastante duro enfrentarse casi todos los días a un niño pequeño, en fase de crecimiento, con sus pros y contras. Sin noción del tiempo y el espacio, egocéntrico al que sólo le importan sus deseos y anhelos. Con enfados y rabietas cuando no obtiene lo que quiere... Dicho así suena ¡¡¡terrible!!!, peeero cuando vas más al fondo, cuando lees, te informas, cuando desde el amor quieres entender y sabes que forma parte de su proceso madurativo, que hay muchas cosas que no puede entender, que está despertando poco a poco (y aún así a un ritmo de aprendizaje y crecimiento bárbaro que no se volverá a dar a lo largo de su vida), que su neocortex todavía se encuentra en formación, siendo el último en despertar, en activarse... entonces, de pronto aceptas, relativizas, te relajas y te das cuenta de que todo fluirá a su debido tiempo y que hay que disfrutar de todas esas cositas. Si, es difícil disfrutar de una rabieta, vamos, como que no se disfruta nada de nada, más bien, todo lo contrario. La diferencia está en aceptar y fluir, mantener la calma, respirar, hablar con suavidad, no atosigar más de la cuenta (porque nos encontraremos con un muro que en ese momento no escucha, no entiende y es inquebrantable y al que nuestras continuas explicaciones sólo le provocan mayor cerrazón). Lo contrario sería un choque de energías negativas, golpeando una contra otra y rechazándose de contínuo.

Tal vez os sorprenda todo esto, tal vez penséis que "estoy muy relajada", tal vez... como os he dicho al principio, mi fin de semana fue muy intenso. Ahora estoy en fase de lectura y estudio de parte de lo vivido y aprendido, para seguir aprendiendo, y por eso acepto y fluyo, por eso relativizo y me relajo. Os puedo asegurar que en este sentido, nuestra semana está siendo mucho más tranquila, cómplice y divertida. Y es que, tras ver almas infantiles disfrutando con esa energía pura, con esa inocencia y ese "ser y estar aquí y ahora", desbordando alegría y vitalidad a raudales a través de sus miradas y sonrisas... no queda otra que darse cuenta de que son nuestros grandes maestros y enamorarse del brillo de sus ojos.

Os deseo un ¡¡¡Felicísimo Fin de Semana!!!

Ahhh y a quién me siga a través de mi Cuaderno de Fotografía, estad muy atentos, porque mañana sábado estamos de aniversario y adelanto que habrán sorpresas, así que, no os lo perdáis.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Guaca guaca, mole mole

No puedo evitar decir esto cuando me acuerdo del Guacamole, así que también se lo he contagiado a mi peque "guaca guaca, mole mole". Y es que, desde que me dieron la receta el pasado año en el Grupo de "Familias Vegetarianas o en proceso" y lo hice para el cumpleaños de Cucolinet, se ha convertido en una receta rica, sana, sabrosa y fácil que se hace en casa.

Algunos sabéis que las noches de los sábados se habían convertido en las noches de pizza casera (entre otras cosas). Hasta que llegó un momento que nuestro peque estaba muy ilusionado con la pizza, pero después casi no comía y la verdad, lleva algo de trabajo hacerla casera como para que después casi ni la prueben. Así que un día decidí cambiar radicalmente esa cena y hacerla más de "picaeta". Aquí comenzamos a probar más patés, y todos ellos riquísimos y vegetales (ya iré compartiendo con motivo de Noviembre a Fuego Lento).

Y como digo, una de las cositas que es insustituible ahora en estas cenas de los sábados, es el Guacamole, y Cucolinet se ha convertido en "el monstruo del Guacamole" porque se lo acerca y ya no hay quien lo pare X^D. Para acompañar, pues unos ricos Doritos ecológicos o algo similar.

La receta, super fácil, aunque claro, siempre hay versiones y es cuestión de probar, ver cuál gusta más y adaptarla. Así lo hacemos en casa:



Ingredientes:

1 Aguacate maduro
1 Tomate grande y más bien maduro
1 pedacito de Cebolla
Sal
Aceite de Oliva
(si es todo ecológico, pues mejor que mejor)


Preparación:

Se hierve un poco el tomate para que salga fácil la piel, pero, como también queremos que se haga un poquitín, lo ponemos con el agua fría y una vez que comience a hervir, bajamos el fuego y lo dejamos unos minutos (yo lo dejo 5 minutos).

Se retira del agua y se deja enfriar. Una vez frío, se pela y corta a cachitos muy pequeños (como si lo estuviéramos picando). Como estará blandito, se irá casi deshaciendo a veces. Se reserva.

Por otra parte, se pela, se trocea el aguacate y se tritura bien con la batidora, junto con un pedacito pequeño de cebolla, sal y aceite.

El puré de aguacate, se añade al tomate y se mezcla todo bien.

Para presentarlo, se pueden reservar unos pedacitos de tomate y echarlos después por encima sin mezclar.

Y ya a degustar con unos doritos, por ejemplo. Y cuidado, porque como guste, chocaréis las manos para coger guacamole, doy fe de ello. Ya van algunos que me han dicho que se han hecho adictos al mismo, jejeje, así que ¡¡¡a disfrutar!!!.


viernes, 8 de noviembre de 2013

Miedo... ¿a qué?

Debo decir que he estado a punto de saltarme este buda y dejarlo para otro momento en que yo estuviera..., tal vez menos sensible, o tal vez saltármelo hasta que hubiera cambiado nuestra situación, pero a saber cuándo sería eso y si todavía estaría yo con estos Viernes de Reflexión... Finalmente he optado por compartirlo, porque mi situación no es la vuestra tal vez...

El buda del valor


"El gran secreto de la existencia 
es no tener miedo. Nunca temas 
lo que será de tí ni dependas 
de nadie. Sólo cuando rechazas 
cualquier ayuda eres libre".

En los momentos clave de la vida estamos fundamentalmente solos y debemos confiar en nuestras propias fuerzas. Los que son capaces de hallar su propio camino entre la maleza, rompiendo inercias y dependencias, alcanzan el valor para vivir con plenitud.


Imagen de Taringa

Pero en nuestro camino a la superación y la sabiduría se oculta un feroz enemigo a batir: el miedo. Krishnamurti hace la siguiente clasificación:
"No existe el miedo en abstracto, siempre está en relación con algo. ¿Conoces ustedes sus propios miedos?. Está el miedo a perder nuestro empleo, de no tener suficiente comida o dinero, el temor a lo que puedan pensar de nosotros nuestros vecinos o el público, el miedo de no tener éxito, de perder nuestra posición en la sociedad, de ser despreciados o ridiculizados... el miedo al dolor y a la enfermedad, a ser dominados, a no conocer jamás lo que es el amor o no ser amados, a perder a nuestra esposa o a nuestros hijos, el miedo a la muerte, a vivir en un mundo que es como la muerte... ¿Conocen ustedes sus propios miedos?".


El método conductista

Para el tratamiento de fobias como el miedo a las aglomeraciones, a los ascensores o a viajar en avión, la psicología conductista recomienda exponerse progresivamente a la situación de temor hasta lograr una espusta positiva. Le evitación, por el contrario, sólo consigue reforzar el miedo y crear las condiciones para la aparición de nuevas fobias.

Pues si, yo tengo miedo, y creo que debería decir todos y cada uno de los días... no es un miedo exagerado, pero no puedo evitar sentir zozobra y preocupación. Tengo miedo a que esta situación se mantenga y que vaya a peor. Tengo miedo de no encontrar trabajo, de no tener una salida laboral/profesional que nos mantenga. Tengo miedo a estancarme y que pase y pase el tiempo y seguir igual. Tengo miedo al dolor y a la enfermedad, a perder a mis seres queridos. Y creo que a lo que menos tengo miedo... es a la muerte... por lo menos a la misma tal cual, a dejar de sentir y desaparecer... pero el antes, la posibilidad de estar enferma y sufriendo, eso me puede.

En todos estos miedos no cabe la opción "conductista", porque te puedes enfrentar un poquito a una claustrofobia, por ejemplo. Puedes estar en un lugar cerrado 15 segundos, 30 segundos, 45, 60... 2 minutos, 5 minutos... y así progresivamente... pero no puedes estar enfermo un ratito y al otro no, no puedes no tener para comer y después si (por lo menos por elección propia), no puedes perder a un familiar y al ratito que vuelva a aparecer... Así que, no puedo dejar de tener estos miedos. Tal vez sólo queda aceptarlos... ¿tú/vosotros qué piensas?, ¿a qué tienes/tenéis miedo?.


domingo, 3 de noviembre de 2013

Con qué contamos para Noviembre a Fuego Lento

En casa contamos con lo mismito que el pasado año con una novedad, y es que una olla resbaló y cayó de canto en la vitrocerámica y ésta se rompió, no mucho, pero lo suficiente para que cortara que no veas... Además al día o los dos días, salieron unas rajitas que completaban el roto, una hacia delante y otra hacia el centro de la vitro. No veas el miedo y el yuyu cada vez que la limpiaba, porque el roto enganchaba lo que pasara rozando. Y el pánico a que nuestro Cucolinet se acercara jugando por allí con algún coche, por mucho que le decimos que no es un sitio para jugar. Así que dí parte al seguro. Hablé con ellos y en lugar de reposición, comenté la posibilidad de que indemnizaran lo que correspondiera y buscarnos la vida para reparar o poner la placa de cocina. No nos pusieron problema y con la indemnización nos fuimos a buscar una placa de cocina de gas que saliera por el mismo importe o menor si era posible.

La encontramos y el jueves de la semana pasada quedó instalada en casa. Tuve que redistribuir las cosas del armario destinado a la bombona de butano y "perderlo", pero no me dolió lo más mínimo. Prefiero volver a tener gas para cocinar después de tantísimo tiempo y controlar el fuego y la temperatura para una cocción más sana, puesto que a partir de los 100ºC los alimentos comienzan a perder sus propiedades nutritivas.

Ya hace tiempo que cocinamos a fuego lento o bajito, como se hacía toda la vida, como lo hacían nuestras abuelas; pero ahora con la placa de gas, esto va a ser mucho más fácil, sin ese calor residual que disparaba la ebullición cuando tú ya habías bajado la potencia del fuego.


Así que contamos con casa con:

- Placa de gas.
- Ollas tradicionales para cocinar.
- Sartenes de cerámica (que utilizamos bastante poquito porque a veces se pegan los alimentos).
- Sarten/cazuelita de Castey (que le seguimos dando un tute que para qué).
- Panificadora (el pan se hace en casa y no tiene parangón).
- Yogurtera (hará ahora un año que llegó a casa).
- Batidora/picadora que viene de perlas.
- Grill en el que tostamos el pan del desayuno.

Los desayunos cambiaron en casa el año pasado: sólo se consume bebida de soja, para mi peque le añadimos una puntita de cacao 100% y yo dejé los cereales solubles para añadirle a la bebida de soja un poquito de té negro.

Las harinas las compramos ecológicas de Rincón del Segura, así como las legumbres, pipas y azúcar integral de caña (aunque de éste tomamos lo justo e intentamos sustituirlo por miel ecológica, sirope de ágave y estevia).

La fruta y la verdura la compramos del mercado de nuestra población y si no es así, intentamos hacerlo sabiendo que son productos de la zona.

Probé a realizar leches vegetales, pero a pesar de que la de almendra está muy rica, tenía que hacer mucha para el consumo de la casa y se quedaba mucho resto o pulpa (no sé ahora mismo cómo llamarlo) y a pesar de que se puede utilizar para hacer bizcochos y cosas así, no tenía yo demasiada imaginativa y tampoco era cuestión de ir haciendo bizcochos cada dos días. Quiero probar a realizar de avena, a ver si me animo este mes.

Los yogures me quedan más líquidos que los comerciales. Intenté hacerlos con la bebida de soja y agar-agar, pero no conseguí espesar mucho que digamos y se notaba el agar-agar en el yogur cuando te lo comías (no se deshacía). Ya que con leche se quedaban más espesos, utilizamos leche de cabra, pero toda la que encontramos es semi desnatada y no nos convence. Además es un auténtico rollo tener que estar comprando yogures para poder hacer en casa... acabas comiendo algunos comerciales y otros hechos en la yogurtera. Esto me da mucha rabia y quiero cambiarlo. En estos días por fin he conseguido un producto que se llama Nígari y que parece que se utiliza para hacer Tofu, pero también me dijeron que con él se puede hacer yogur... ya veremos cómo resulta la prueba. Estaría más por la labor de hacer Kéfir en casa, pero para ello tengo que encontrar el hongo y no conozco a nadie cercano que tenga y me pueda dar. Sé que se queda líquido, pero no tengo problema, además de que está buenísimo.

Compramos muy poquitos productos envasados y solemos leer las etiquetas, así que se compran sin "historias raras". Además buscamos siempre en ellas el origen de los mismos, porque buscamos productos españoles. Es increíble como por unos garbanzos de Argentina o México cobran mucho más que por unos españoles... hay marcas que lo hacen (que no voy a decir cuáles) y me resulta sorprendente.

Hacíamos patés en casa, pero ahora estamos descubriendo más recetas y probando en casita ricos patés vegetales que iré poniendo por aquí poco a poco. Mi peque de momento se niega a probarlos. Es curioso porque el pimiento le encanta, pero parece que lo relaciona con verlo en arroz, ensaladas, etc, y el verlo así, trituradito, como que no le hace, así que automáticamente dice que no le apetece.

Consumimos huevos que son de gallinas que están como estaban antes, en el campo, sueltas y comiendo del suelo lo que encuentran. Esto para mí es muy importante.

Este es mi inicio de "Noviembre a Fuego Lento", así que mi objetivo es encontrar muchas más recetas que gusten en casa y ampliar nuestra oferta culinaria. Probar a realizar leches vegetales y a ver si de una vez por todas consigo hacer yogures sin comprar comerciales para comernos unos y dejar otro para hacer en casa.



viernes, 1 de noviembre de 2013

Pequeños actos... grandes resultados

Escribo esto tras un cambio importante, mi primera "celebración" de Halloween (¿quién lo diría?) y mi alegría al saber que es una fiesta mucho más española de lo que yo creía. Aclaro que esta afirmación la hago después de ver ESTO en Facebook..., será una tontería, pero leerlo me puso una sonrisa de oreja a oreja ^_^.

Y aunque hoy sea Viernes 1 de Noviembre y festivo, vamos allá con nuestro Viernes de Reflexión.


El buda de la entrega


"Ni el fuego, ni el viento, ni el 
nacimiento ni la muerte puede 
borrar nuestros buenos actos". 

La ley del karma nos enseña que no sólo las grandes obras, sino también las pequeñas son importantes. Para el futuro del planeta no tiene menos trascendencia plantar un árbol que la creación de un legado artístico.

Actos que nos parecen insignificantes acaban teniendo gran influencia en nuestro entorno. Nuestros amigos recordarán breves palabras de aliento, pequeñas atenciones que les prodigamos y que para ellos fueron importantes -aunque nosotros a menudo no somos conscientes de ello.

Hay un karma emocional, que es producto del amor que damos y tomamos, y que se crea en los actos mínimos cotidianos; por ejemplo, una sonrisa a los compañeros de trabajo, la asistencia de un desconocido que pregunta por una calle, la ayuda que prestamos anónimamente sin que nadie nos pida...

Las pequeñas historias diarias de nuestra vida forman una gran historia de amor, si ponemos entrega y nos dejamos guiar por el corazón.


Carta a un desconocido

El Tao Te Ching dice que el verdadero sabio "no reclama el mérito y, por ese motivo, el mérito siempre le acompaña". ¿Has ayudado alguna vez a alguien anónimamente?. Es una experiencia muy enriquecedora, ya que la buena acción aparece en estado puro, sin intereses ni compensaciones. Ayudar a alguien que no conoces -y que, por lo tanto, no te lo podrá agradecer- es un acto de amor a la humanidad.

Me gusta especialemente este capítulo. ¿Alguna vez habéis hecho algo por alguien y después os habéis sentido super bien, felices?. Eso que te ha hecho sentir que has realizado "la buena acción del día"... Pues si es así, sabrás el porqué me parece especial.

Añadiría y propondría una prueba: sal un día a dar un paseo y sonríe todo el rato, mira por un instante a los ojos de las personas con las que te cruces, sonríeles, algunas pasarán de largo sin más; en otras verás un cambio de gesto, sorprendidas de tu sonrisa y pensando ¿es a mí a quien sonríe?; otras te devolverán la sonrisa =^D. ¿Te atreves?. Si mantienes la sonrisa y aún más si te la devuelven, algo cambiará en tí, algo cambiará en ellos. Tú llegarás a tu casa con más energía y más feliz... seguro que las personas que te devolvieron la sonrisa tendrán una experiencia similar.

Poco más que añadir, pero mucho más para reflexionar y para que aún vayan a más esas reflexiones y para que acabes de ver este post con una sonrisa y creyendo en la humanidad, en que los pequeños actos pueden cambiar muchísimas cosas, dejo unos vídeos que, aunque ya hayas visto, te tocarán el corazoncito.

¡¡¡Feliz Fin de Semana!!!.





LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...