viernes, 20 de enero de 2012

Nací en casa, fui llevada en brazos y dormí con mis padres

Muchos piensan que lo del parto en casa, el colecho y el porteo se trata de una "moda", y nada más lejos de la realidad. Para muchos de nuestros padres (y no digamos ya de nuestros abuelos) era lo normal.

Yo nací en casa. Fue un parto de madrugada. Mi madre contó con la compañía de mi padre y de la comadrona, a la que mi padre fue a buscar a las 2 ó las 3 de la madrugada (según me contó en muchas veces y si mi memoria no me falla). Mi hermana contaba con 9 años y medio y lo cierto, es que no sé dónde se encontraba, no sé si dormía o no, pero seguro que estaba en casa.

Mis padres estaban como guardeses un enorme almacén de la empresa donde trabajaba mi padre. Con motivo de que hubiera más seguridad en el mismo y como amantes de los animales que eran (sobre todo  mi madre), tenían dos perros de raza Pastor Aleman, macho y hembra. La ventana de la habitación de mis padres daba afuera y mi nacimiento también contó con la presencia, en el exterior, de estos animales que después fueron mis compañeros de juegos, mis amigos y guardianes. Sabían que algo sucedía: la salida de mi padre en plena noche, la llegada de la comadrona, la tensión, la ilusión, la preocupación, los sonidos que les llegaban del interior de la vivienda. Mi padre siempre me contaba que siguieron todo el proceso del parto de pie, apoyados con sus extremidades delanteras, para intentar ver a través de la ventana lo que ocurría en el interior. Emitiendo sonidos bajitos, como lloros.


La costumbre de dar en el culete a los recién nacidos no sirvió para arrancar mi llanto... lloré una vez que me dejaron en la cama, como quejándome de aquélla forma de tratarme, de separarme del contacto. Eran las 4 de la mañana de un lunes. Así llegue al mundo, en Mi Casa.

No recuerdo que hubiera un cochecito de bebé en mi vida. Normal por otra parte, no tener recuerdos a tan tierna edad. Pero, las fotografías nos relatan claramente lo que no puede asegurar nuestra memoria. No hay ninguna fotografía donde aparezca algo semejante. Cuando no estoy en el suelo (porque ya me lo permite la edad) aparezco en brazos de mamá, papá o mi hermana. Siempre con gestos muy cariñosos. Así que, como la naturaleza humana lo requiere, fui porteada y estoy segura, de que si hubieran conocido algún portabebés, lo hubieran utilizado.

Por último, dormí en la misma habitación que mis padres hasta pasada la Primera Comunión. No puedo decir con seguridad que edad tenía cuando se dio este cambio, pero puedo asegurar que dormía todavía en una cama al lado de la de mis padres, cuando llegó esta celebración. Mi madre así lo quiso. Siendo más pequeña pasé una temporada en otro dormitorio; todavía recuerdo a mi padre y/o a mi madre al lado esperando que me durmiera y yo diciendo que estaban haciendo dibujos en la tele y que quería verlos XD. Pero después, volví a la habitación de mis padres y allí me quedé por una larga temporada.

A todas aquéllas personas que aseguran que si no se saca a los hijos de la habitación éstos no van a querer salir nunca, les puedo asegurar que esto no es así. Llegó un momento en que yo era  la primera que quería tener "mi propia habitación": mis cosas, mi cama, mis juguetes, mi ropa, mi mundo, mi intimidad, mi independencia... Es parte de nuestra naturaleza, de nuestra evolución.

Todo lo que viví en mi infancia me formó como la persona que soy y como la madre que soy y que quiero ser. A todos aquéllos que hoy ven todo esto como una atrocidad, puedo asegurar que, por lo menos de momento, jejejeje no me han diagnosticado esquizofrenia, ni psicopatía alguna por haber nacido en casa, haber sido porteada y haber colechado. Cierto que no a todo el mundo le puedo caer bien, pero esto tiene que ver con las afinidades, con la química que se establece con las personas y no un remanente de mi infancia.

Creo que en ningún momento el, entonces médico de familia, le dijo a mi madre que "debía" sacarme de la habitación, esto eran cosas normales y cada uno decidía qué hacía y cómo se organizaba en su casa. Él se ocupaba del bienestar y de la salud de la familia y no de otras cosas.

Tal vez si miramos atrás, si recordamos cómo eran las cosas hace no tanto tiempo, nos demos cuenta de lo absurdo de todas estas situaciones... del enorme salto que la sociedad ha dado en tan sólo 30 ó 40 años, y no sólo en este sentido, sino en muchos otros también. Posiblemente, la vida de nuestros padres y abuelos, era una vida más sencilla, pero no se ponía en entredicho continuamente la forma de criar a los hijos como se hace en la actualidad.

Esta entrada la tenía pendiente de hace mucho tiempo, pero tengo una comadre amiga a la que su pediatra no para de decirle una y otra vez que la niña tiene que dormir sola en su habitación. Ella lo está haciendo bien, hace lo que le dicta su corazón. Pero cuando todo el mundo se permite opinar y criticar tu forma de actuar, cuando no encuentras el apoyo que buscas y necesitas, llega un momento en que comienzas a dudar de tus propios principios y tu seguridad se tambalea. Desde aquí mi total apoyo y darle a conocer mi experiencia y la de, estoy segura, muchas personas de mi edad.

4 comentarios:

  1. Que bonita entrada... me ha encantado. Un besazo Inma!!

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  2. Me ha encantado leer esta entrada. Gracias por compartirla :-)
    Un abrazo,
    Rosa Elena.

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  3. Preciosa entrada... me ha traido muchos recuerdos de mi infancia...! mil besos wapisimaaa

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  4. Anelisse, Rosa Elena y Laura ¡¡¡Gracias por vuestros comentarios!!!. Tenía pendiente esta entrada hace tiempo, pero entre unas cosas y otras, no me ponía a ello. Todo tiene su momento, y éste ha sido el elegido para escribir y publicar esta entrada, que me trae tantos y tantos recuerdos de una infancia feliz junto a mi madre.
    Besotes.

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