Paciencia... la madre de todas las ciencias

Llegó el viernes, el día de la semana dedicado a la reflexión en este mi rinconcito. De nuevo hago un pequeño paréntesis y releo el siguiente capítulo de mi librito para compartirlo con contigo... con vosotr@s.


El buda de la maratón

"La paciencia es una de las 

disciplinas más difíciles, pero 

la victoria está reservada a los 

pacientes".

En la obra de Samuel Beckett, Esperando a Godot, los dos protagonistas han entregado su existencia a una espera que no tiene fin, posponiendo la acción -y la felicidad- a la llegada de algo o alguien totalmente quimérico. 

Puesto que el tiempo -o la manera en que lo percibimos- es relativo, es importante fluir por él con la disposición adecuada, de modo que se convierta en nuestro aliado y no en nuestro enemigo.

Además de una verdadera pérdida de tiempo, la impaciencia es un defecto que volatiliza los momentos agradables y dilata los tediosos. También nos aleja de nuestros objetivos, ya que promueve la precipitación y no nos deja vislumbrar el horizonte con claridad.

Muchas de las cosas a las que aspiramos -y el camino a la iluminación es una de ellas- requieren de un esfuerzo paciente y continuado, como si fuéramos corredores de una maratón. Es una carrera que nace y muere a cada instante, y sólo la corren de verdad los que, disfrutando del camino, han olvidado cualquier meta.


Divide y vencerás

Los que conquistan grandes objetivos saben que el secreto del éxito está en dividir el propósito en una serie de pasos escalonados, como un escalador que corona varias etapas antes de llegar a la cima. Si sabes qué es lo que deseas alcanzar, elabora un "plan de viaje" progresivo y realista. Disfruta de cada pequeña victoria como un acicate para la siguiente. Pero, sobre todo, ¡goza del camino!.

Imagen de la página reinventatuvida.com

Esa frase del inicio "La paciencia es una de las disciplinas más difíciles, pero la victoria está reservada a los pacientes" marcó un etapa en mi vida... tras una, digamos "enfermedad", una operación y la recuperación, pensaba muchos días en ella y tras la reincorporación al trabajo, fue mi "estandarte". De hecho la imprimí, la recorté en una tirita y la pegué en mi teléfono... en ese que estaba en la mesa que yo ocupaba en la oficina donde trabajaba en aquel entonces. Nada más tenía que dirigir la mirada hacia el mismo para leerla una y otra vez, como un recordatorio. Me ayudaba a calmarme, a tomarme las cosas con más paciencia, con más serenidad. Cuando la he visto en el capítulo, ha venido de golpe todo aquello y he sonreído al leerla... me he sentido bien. Es una buena táctica, que recomiendo encarecidamente... imprime una frase llena de sabiduría que te haga sentir bien y colócala en un lugar bien visible, en tu casa, en tu trabajo... te aseguro que tu actitud cambiará y te sentirás mucho mejor.

Tener metas no está nada mal, pero a veces las ponemos tan altas, tan allá al final del camino, que nunca vemos el final, nunca vemos los resultados... la luz. Pero si cada pasito es una meta, una victoria, un gran resultado a celebrar, viviremos "el aquí y el ahora", disfrutaremos del camino, tendremos una actitud positiva y estaremos contentos y felices por nuestros logros.

¿Te apuntas a caminar pasito a pasito y disfrutando del camino?.

¡¡¡Feliz Fin de Semana!!!.