Construimos nuestro mundo con nuestros pensamientos

Desde el Viernes pasado no pasaba por mi rinconcito y es que, el tiempo se escurre entre nuestros dedos como la arena de la playa. No podemos dedicarnos a todo, por mucho que queramos y debemos priorizar, así que mi tiempo está repartido entre mi casa, mi familia, mis amigos y la fotografía. Termino el curso que me correspondió en sorteo de Eva de La Bicicleta Vermella, donde me he encontrado con una profe super dulce que nos ha enseñado mucho y con unas compañeras fantásticas y comienzo curso con Angie Ravelo. Tenía este dinerito guardadito en una hucha y muuuchas ganas de hacer el curso con ella, porque es un auténtico Amor (digamos que ya la conocía a través de Flickr y las redes sociales). Así que, a seguir aprendiendo se ha dicho.

Pero tenía que acudir sin falta a mi cita de los Viernes, esa pequeña pausa que me hace tanto bien, me aporta tanto, me hace pararme y reflexionar...

Allá vamos, cógete de mi mano y vamos a sumergirnos de lleno....


El buda de la mente

"Somos lo que pensamos.

Todo lo que somos se origina

en nuestros pensamientos.

Con nuestros pensamientos,

hacemos el mundo".

Todo es tan bueno o tan malo como uno quiera verlo. El "Así es, si así os parece" de Shakespeare puede aplicarse a la mayoría de situaciones de la vida diaria.

En su libro El arte de amargarse la vida, Paul Watzlawick explica la historia del hombre al que le faltaba un martillo para clavar un clavo. Antes de ir a casa del vecino a pedírselo, le asalta la duda: "¿Y si no quiere prestármelo". Enseguida recuerda que el día anterior se cruzó con él y ponía una cara muy seria. "¿Tendrá algo contra mí?. El hombre empieza a preguntarse qué puede haber hecho él para que su vecino le tenga antipatía, y presupone que -a diferencia de él- el vecino no le querrá prestar el martillo. Vivamente indignado, el hombre llama a la puerta del vecino y, antes de que éste pueda saludarlo, le suelta: "¡Quédese usted con su martillo, so penco!".

Tal vez esta historia sea algo exagerada, pero ilustra a la perfección cómo muchos de nuestros problemas nacen en la mente, y por lo tanto es en la misma mente donde deben morir.

Practica la desconexión

Es muy saludable "desconectarse" regularmente de los instrumentos que nos vinculan a nuestro entorno, incluyendo la televisión, el ordenador y el teléfono. Destina unas horas cada semana a la "no-interacción", sea en casa o bien en el campo. No hay mejor champú mental.

Tras leer el capítulo, inmediatamente vino a mi cabeza un vídeo que muestra perfectamente cómo los pensamientos pueden ser una incesante lluvia que nos "machaca" nuestra mente y cómo pueden hacer cambiar nuestra perspectiva. A mí me parece muy bueno y precioso, pero también aviso que es algo "metafórico":

En cuanto a practicar la "desconexión", considero que es una buenísima "terapia", todos deberíamos practicarlo... la primera YO. A veces parece que no sabemos estar sin TV, y ahora sobre todo, sin ordenador y sin teléfono. Pero es que nos hemos acostumbrado a que sean "nuestra ventana al mundo", una vía para conectar con nuestros conocidos y amigos... así podemos saber de ellos, charlar, compartir y a veces nos olvidamos del estar AQUÍ y compartir AQUÍ... ¿cuántas veces pueden reclamarnos nuestros hijos mientras nos empeñamos en cotillear y ver qué se cuece en facebook?, por ejemplo. Está claro, la desconexión es necesaria para nuestro bienestar.. por algo en nuestros períodos de sueño, una parte de nosotros está desconectada.

¿Nos desconectamos este fin de semana?.