Momento de reflexión, por lo que llegó la pausa de la semana en mi rincón y de la mano de mi librito "99 Maneras de Ser Feliz y 99 Recetas Budistas para Vivir con Plenitud" llega una lectura llena de tranquilidad. Así que en estos momentos de la noche del aún Jueves, reflexiono sobre la lectura:
El buda del vigor
"La salud es la mejor
adquisición, la satisfacción es la
mejor salud".
El Tao Te Ching señala que el cuerpo es un foco de dificultades si no lo prodigamos las atenciones que merece. Aunque el budismo es una disciplina eminentemente espiritual, puesto que el alma está anclada a un cuerpo, recomienda no agredirlo con drogas y fármacos, exceso de trabajo o discusiones que lo ponen en tensión.
La máxima de no dañar a ningún ser vivo incluye a la persona misma, que según sus hábitos puede optar a priori entre el vigor y la enfermedad. La salud no deja de ser otro karma con el que pagamos el uso que damos a nuestro vehículo para la vida.
Esperar a que llegue la enfermedad para aplicar remedios es como esperar a sufrir un accidente para poner el coche a punto. La salud futura se construye sobre la salud presente.Una alimentación sana y equilibrada -libre de grasas nocivas-, el ejercicio suave y regular, las buenas compañías y la mente despierta y positiva son el mejor seguro para una larga y plácida travesía.
El canal psicosomático
Muchas de las enfermedades más comunes -estrés, hipertensión, úlceras, fatiga crónica- son producto de procesos mentales que acaban incidiendo negativamente en el organismo. Una mente tensa en la que se "cocinan" constantes preocupaciones incide negativamente en el tono vital del individuo, que ve reducidas sus defensas y es pasto de transtornos nerviosos.
Del mismo modo que es más sencillo cambiar un entrenador de fúlbol que once jugadores, antes de agredir el organismo con fármacos deberíamos revisar nuestro "centro de operaciones".
Ya hablamos de la salud es este
capítulo explícito. En este caso tal vez además trata del vigor, de la calidad de vida con la que puedes vivir si cuidas tu cuerpo.
En casa intento cuidar nuestra alimentación y desde que soy madre, aún con más afán si cabe. Si viviéramos en otra vivienda con un pequeño trocito de tierra, aún tendría más posibilidades, porque tendríamos un pequeño huertecito familiar para abastecernos y alimentarnos de lo que cultiváramos... ¿quién sabe?, tal vez algún día esto sea factible.
Fármacos y demás, ya comenté que los menos posible y sólo cuando es estrictamente necesario, así que también por ahí cuidamos nuestro cuerpo.
En cuanto al ejercicio suave y regular, ya tenía yo ganas de retomarlo más en serio, porque por mucho que lo intente realizar en casa, o se tiene mucha constancia y te pones un día y una hora como obligación, o la cosa es harto complicada. Si además se le suma un pequeño terremoto que no te deja ni a sol ni a sombra, pues la cosa se complica más todavía.. y es que, aunque le intento involucrar, pues la actividad física es distinta y más encaminada al juego, que también me viene muy bien. Así que me ha venido de perlas que el Ayuntamiento de la población donde vivimos, haya tenido a bien, realizar Taller de Yoga los meses de Julio y Agosto de forma gratuita (no daba crédito, así que imaginaos el alegrón que me llevé cuando me lo confirmaron). Dos días a la semana, en el parque municipal, rodeados de árboles y césped, disfrutamos de una sesión de Chi Kung y Hatha Yoga que me está viniendo de perlas. Además para ir y venir hago uso de la bicicleta, así que beneficio por partida doble... a ver si para el inicio del nuevo curso escolar, tengo pulmones y, sobre todo, piernas, para llevar al churumbel con todos su kilos en la silla y llegar a casa cuesta arriba.
Lo de las buenas compañías siempre lo intento y si no hay posibilidad de quedar más a menudo en el mundo 1.0, pues en el 2.0 encontré personas maravillosas con las que comparto momentos, aficiones y muy buenos ratos.
Tal vez lo que más me "falle" ahora son las preocupaciones, tensiones, estrés... por la situación del país, por la familiar, por la nuestra personal en búsqueda de trabajo e intentando "re-inventarnos". Y a eso hay que añadirle una edad o una etapa muy complicada de nuestro Cucolinet, que me río yo de las rabietas de los 2 años... porque esto, ya no lo llamo yo "rabietas", creo que esto es mucho más gordo. No sé si es la edad, la etapa, el calor que ya tenemos encima y nos puede a todos... o todo junto y a la vez (que será lo más probable), pero teeeeela marinera!!!. Siempre he deseado poder estar a la altura en todo momento, para guiarle, enseñarle, ayudarle y protegerle, pero a veces, sobrepasada, no sé qué y cómo, porque intento explicar de una forma o de otra y veo que no llega, que no sirve, que no sé, que no me explico... Y mientas él no sabe gestionar su ira y su rabia, yo descubro que tampoco sé en ese momento cuál es la mejor forma para sobrellevar la situación y reconducirla de manera positiva para todos. A veces es sólo cuestión de dejar algo de tiempo para que salga toda su rabia y se tranquilice. Otras esto no es así y entramos en un bucle que hay que romper de alguna forma por el bien de todos. Y también las hay que no se puede permitir que continúe manifestando y dando salida a toda esa frustración de la forma es que justamente lo está haciendo, porque hay un límite que no debe ser traspasado, así que hay que evitar que se haga daño a sí mismo o que nos haga daño a nosotros (o a nuestro perro y/o gato, por supuesto). Así que, cual equilibrista en prácticas, paseamos, día si y día también, por la cuerda floja, allá arriba en lo alto. Unos días la "práctica" se realiza a ras de suelo y otros la cuerda está muy pero que muy alta. Unos días nuestro sentido del equilibrio está más fino y se dan menos desequilibrios y otros nos encontramos constantes obstáculos en la cuerda que nos hacen parar y enfrentarnos a ellos mientras debemos seguir manteniendo el equilibrio para no caer al suelo, pero además, tenemos que intentar llegar de la mejor forma al otro lado.
Con lo que yo huyo de las "movidas" y malas energías y resulta que en casa nos las vemos de vez en cuanto con monstruos..., si, porque estos también existen (por mucho que digan que los monstruos no exiten), y sus nombres son miedo, duda, frustración, enfado, ira, rabia... todos productos del crecimiento de una pequeña personita que debe pasar por muchas etapas para seguir su evolución y crecimiento, de la misma forma que sus padres (o sea la mami y el papi Cucos) las pasamos a su misma edad, por mucho que nosotros no nos terminemos de acordar. Sea como sea y aunque no recuerde, si que tengo un par de frases grabadas en mi mente que me decían mucho mi madre y mi hermana (las que más estaban conmigo), a saber: "te has levantado hoy con el rabo torcido" (jajaja, ésta siempre me hizo mucha gracia, hasta siendo pequeña) y "genio y figura hasta la sepultura". Y como muuuuuuuuuuchas veces y más aún desde que soy madre, tengo que volver a decir
¡¡¡¡¡¡¡Santa paciencia la que tenía mi madre!!!!!!! 
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¡¡¡Feliz Fin de Semana y que el Equilibrio os acompañe ;^)!!!.