Hoy leemos: L'Amelia vol un gos (Amelia quiere un perro)... su primera lectura

Este cuento se vino a casa el fin de semana desde la Biblioteca del Colegio, según el proyecto de Animación a la Lectura que se está realizando a cabo este año en Infantil de 5 años. En cuanto salió nuestro peque de su clase con la carpeta en mano, y vimos la forma de la contraportada del cuento, dijimos al unísono "Kalandraka" y por supuesto, acertamos porque ya conocemos el formato de esta editorial, con la de cuentos y cuentos suyos que tenemos y/o que hemos leído en casa.

Amelia, la niña protagonista sueña que en su hogar conviva también un perro, con el que jugar, con quien compartir, que espante sus monstruos y vigile su sueños... Hace llegar la petición a su padre y ¿qué le responderá éste?. Amelia tiene una peticiones igual de grandes como grandísima es la pillería y astucia que demuestra ante las negativas de su progenitor. Puedo asegurar que la gran sonrisa final leyendo este álbum ilustrado está más que garantizada.

Este relato lleno de imaginación y de ritmo, viene a cargo de Tim Bowley. En cuanto a las ilustraciones, corresponden a André Neves, llenas de fuerza y color, recreándonos en ese maravilloso mundo imaginativo de los más pequeños. Tenía claro que no era la primera vez que admiraba esta sello ilustrativo y entonces caí en la cuenta, pues que se trata del mismo ilustrador de otro maravilloso álbum ilustrado, Orejas de mariposa, también reseñado en este blog y también publicado por Kalandraka.

Y ahora os paso a contar el porqué este cuento en concreto ha calado aún más en nuestros corazones. Dado que Cucolinet está en la línea de Valenciano, alguno que otro de los que llegan es en esta lengua, y éste ha sido uno de ellos. Últimamente estaba comenzando a tener interés en probar a leer las palabras que se encontraba, sobre todo en estas vacaciones de Navidad y, como yo le decía a su padre, casi se podía seguir el ritmo de las conexiones neuronales de su joven cerebro a una velocidad vertiginosa. Es por ello que el domingo por la tarde decidí animarle a intentar leer la historia. La respuesta en un primer momento prometía, pero si hay algo que caracteriza a mi peque es que, se pone en plan extremadamente "cómodo" y por no pensar, suele decir a voleo letras y/o número a ver si acierta por casualidad. Tras sus primeras quejas, cerré el cuento y le expliqué que yo en ningún momento le iba a obligar a leer nada, puesto que sólo conseguiría que la lectura se convirtiera en algo a realizar por obligación y para él fuera un auténtico martirio. También le aclaré que leer era todo lo contrario, era disfrutar descubriendo historias y aventuras y que, además, leer para alguien querido era algo con lo que se disfrutaba, aún si cabe, más todavía. Le dije que a mí me encanta leerle cuentos todos los días, porque se trata de un momento en que disfrutamos juntos. un momento en que se para el mundo y sólo existimos nosotros en torno a la historia. No... yo NO le iba a obligar NUNCA a leer si él no quería. Me puse a guardar el cuento y él me paró "mamá, si que quiero leer, lo hacemos entre los dos ¿vale?, tú me ayudas". Por supuesto, acepté encantada.

Poco a poco, a veces solo y otras con una pequeña ayuda, leyó la primera línea... "¡Has leído tu primera línea de un cuento!, ¡tú solito!... Me hace muy feliz y tú deberías sentirte muy, muy orgulloso". Una amplia sonrisa se dibujó en su rostro y se animó a continuar. Despacio fueron desgranándose las siguientes palabras y líneas hasta completar la primera hoja del álbum ilustrado... No puedo describir con palabras la inmensa alegría que me embargaba... mi pequeño ¡¡¡estaba leyendo!!!. Una mezcla de sentimientos me recorrió de arriba a abajo. Guardaré un recuerdo maravilloso e imborrable de este álbum ilustrado por ser ¡¡¡¡su primera lectura!!!. Así se lo dije "¡has leído toda una página!, ¡¡¡tú solito!!!". Ver su carita era tan emotivo...

Soy consciente de los esfuerzos que todo ello requiere, así que en cuanto ví que comenzó a cansarse le di la posibilidad de dejarlo. Terminé leyéndole gustosa el resto de la historia. Disfrutando de la misma, de su compañía, de ese momento de complicidad... Es sólo el inicio, un proceso que para nada pienso forzar, porque me gustaría que los libros llegaran a ser para él una pasión. Eso si, aunque en poco o en mucho tiempo sea capaz de leer él solo un cuento, estaré dispuesta a leerle y contarle siempre que él me deje.

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