¿Os cuesta decidiros?

Si no me equivoco, éste es el último Viernes del año... cómo pasa el tiempo... Y seguro que más de uno/a se hace algún que otro propósito para el próximo 2014, así que seguro que este buda os viene bien.

El buda de la vacilación

"No hay nada más dañino 

que el hábito de la duda. Es 

un veneno que desintegra 

las amistades y rompe las 

relaciones placenteras. Es una 

espina que irrita y hiere; una 

espada que mata".

Un proverbio zen aconseja: "Levántate o siéntate, pero no te tambalees".

Dudar un poco antes de tomar una decisión importante es positivo e incluso recomendable, pero cuando la vacilación toma demasiado protagonismo, uno puede llegar a la parálisis o -lo que es peor- acabar tomando la peor de las opciones. 

Al estudiar un problema, un signo claro de que la duda ha dejado de ser útil es cuando se cierra el círculo y volvemos a la primera opción que habíamos estimado. Entonces hay que detenerse.

Peor todavía es cuestionar constantemente las intenciones de los que nos rodean. Un exceso de celo en este sentido puede acabar siendo ofensivo y cerrar muchas puertas.

Hemingway decía que, al describir un espacio, el autor debe centrarse en "lo que hay" y no en "lo que no hay". Del mismo modo, focalizar la atención en las carencias de algo o alguien es una actitud mezquina. Es más saludable presuponer la bondad y dejar el resto a la intuición.

Imagen de la página Taller de Comunicación

La religión de las seis caras

El psiquiatra Luke Rhinehart ironizó sobre la indecisión en su novela El hombre de los dados, en la que su protagonista decide poner sus actos en manos del azar. Un dado elegirá entre seis opciones -una de ellas arriesgada- para tomar cualquier decisión.

La duda... me viene a la mente la frase hecha "me corroe la duda", pero aquí no tiene tanto que ver, más bien se refiere a la indecisión, la vacilación a la hora de tomar decisiones. El problema es que puede pasar y pasar tiempo y no haber tomado decisión alguna... más vale errar que no tomar decisiones.

En este sentido a mí me sucede a veces que le doy vueltas y más vueltas a algo, a veces ni siquiera lo digo, pero ronda por mi cabeza y de pronto, con la decisión tomada, quiero que sea YA... claro, por lo general no puede ser, jejeje. No quiero decir con esto que sean decisiones importantes siempre, pero claro, los que me conocen ya saben que cuando de pronto digo que voy a hacer algo, ya he estado rumiando el tema. Si esta decisión sólo repercute en mi persona, llevarla a cabo puede ser tarea fácil, pero como dependa y/o repercuta en terceras personas, mi grado de "nerviosismo" va subiendo... ¡qué le vamos a hacer, una que es así!.

Bien es cierto que si las personas que suelen vacilar mucho lo hacen de amistades, cabe la posibilidad de que en mayor o menor tiempo, ese amigo o esa amiga se pierda, porque la sensación constante de "no fiarse de dicha persona" dificílmente puede ser llevada con pasotismo y relajación.

¿Os ha pasado alguna vez estar entre dos posibilidades y no decidiros y terminar por hacerlo a cara o cruz?... justo en el momento en que se lanza la moneda, tienes super claro cuál es la opción que quieres que salga, es curioso. Se siente una inmensa alegría cuando el resultado da como ganadora la opción que realmente quieres, pero cuando sale la otra... ohhh, ¡qué decepción!, en ese momento justo te arrepientes de habértela jugado a cara o cruz. Tal vez, una forma, sería lanzar la moneda y ni siquiera mirar el resultado, puesto que con ella en el aire ya sabes lo que realmente quieres. Lo malo, que tal es nuestra curiosidad que posiblemente no podríamos pasar sin mirar el resultado.

Casi todo el mundo se hace propósitos para el nuevo año, así que os aconsejo que no toméis vuestras decisiones sobre dichos propósitos a través del azar, porque, si por lo general muchos de ellos no suelen llevarse a cabo (lo dicen las estadísticas), de esta forma, aún quedarán más en el aire si cabe.