Prioricemos

Una nueva semana, un nuevo viernes y llega el momento en este blog de hacer una pausa, leer mi querido librito "99 maneras de ser feliz y 99 recetas budistas para vivir con plenitud" y reflexionar, compartir... Supongo que salta a la vista que lo que comparto son las recetas budistas y es que creo que su filosofía es maravillosa, respetuosa y es a la que más me acerco o quisiera acercarme (tanto mi persona, como mi hogar...).

Tengo un asunto que estos últimos días me ha revuelto muy mucho, me ha cabreado enfadado enormemente y que está pendiente de solucionar, así que, justamente hoy, espero encontrar paz y alejar de mi mente energías negativas.

El buda de las prioridades

"El que sabe a qué cosas 

atender y de cuáles hacer caso 

omiso, atiende a lo que no tiene 

importancia y hace caso omiso 

de lo esencial".

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Una de las claves para vivir con calma y plenitud es saber poner cada cosa en el lugar que le corresponde. El estrés, el sentimiento de frustración y el bajo rendimiento de muchas personas se debe, casi siempre, a que no saben priorizar y acaban derrochando su energía en cosas secundarias.

Cuando llega lo realmente importante se sienten agotados porque han estado luchando en mil frentes, como un dios de múltiples brazos que pudiera abarcarlo todo.

Al atender muchas cosas a la vez corremos el riesgo de hacerlo todo mal. Por lo tanto, es momento de separar el grano de la paja y concentrar los esfuerzos en aquello que vale la pena. Podemos formularnos las preguntas: ¿Qué es lo más importante para mí?, ¿Puedo prescindir de algunas cosas que saturan mi tiempo y mi energía?.

Si conoces cuáles son tus prioridades, te resultará más sencillo descargarte de lastres innecesarios para vivir con sentimiento y tranquilidad.


Pon las cosas en su sitio

Elabora una vez al mes una lista con las cosas que quieres -o debes- hacer a corto plazo. Distribúyelas en tres columnas con el encabezamiento "urgentísimo", "urgente" y "puede esperar". Ocúpate sólo de la primera categoría y pon una fecha de realización a cada proyecto. Olvídate de todo lo demás hasta la próxima lista.

Las listas, jajaja, super útiles, pero me ha recordado algo que me ha hecho reír... cuando trabajaba, la última etapa, el trabajo era sumamente excesivo, estresante, horroroso... lo normal, el trabajo de 2 ó 3 personas lo tenía que realizar una sola. Llegó un momento en que comenzamos a decir que había que priorizar y hacíamos montones o carpetas y había una, con la que nos reíamos mucho, a la que le teníamos que haber puesto "cosas que se solucionan por sí solas", porque cuando conseguías ponerte a mirar un papelito de este montón, por lo general ya lo habías hecho con otro de tantos que circulaban por la oficina.

Después de esta anécdota, reflexiono... ¿cuántas veces confundimos las cosas realmente importantes de las que en realidad no lo son?, diría que ¡¡¡muchísimas!!!. Veamos, seguro que son prioritarias, aparte de las necesidades básicas, la familia, los amigos, hacer algo de ejercicio, cultivar nuestro espíritu (con algo que nos aporte tranquilidad y nos haga sentir bien y esto puede ser un libro, unos minutos de meditación, etc.).

Pero nos dejamos llevar por otras cosas... vagueamos, perdemos el tiempo en mil y una cosas que tal vez no nos aporten realmente mucho y olvidamos algunas de nuestras prioridades. Las redes sociales e internet son grandes acaparadoras de nuestra mente y nuestro tiempo, debemos ser realistas, ¿cuántas veces encendemos o nos sentamos al ordenador con la intención de hacer o buscar algo en concreto y acabamos divagando y cotilleando?.. incluso, a veces, ¡no hacemos lo que justo íbamos a hacer! O_O.

A veces te encuentras con un amigo y se repite la típica frase de "a ver cuándo quedamos" (cuando te lo dicen una y otra y otra vez, me repatea enormemente), pero a veces no se llega a materializar. Sin embargo, hablamos mucho más con nuestros "amigos" cibernautas (ojo, lo digo en general, porque tengo muchas amistades gracias a internet y les ADORO ♥). Materialicemos esos encuentros con los amigos más cercanos y charlemos tomando un cafetito o un tecito (yo me pido lo segundo, jejeje).

Lo peor de lo peor es cuando estamos tan absorbidos que no prestamos la suficiente atención a nuestra familia más directa... nuestra pareja, nuestros hijos... imperdonable. Es curioso que justo cuando llegaba este capítulo, mi queridísima Mo haya publicado esta entrada, en donde habla precisamente sobre este tema y comenta por ejemplo: "Pero a veces, sin darte apenas cuenta, estás contestando un mensaje cuando tu Peque te está explicando algo graciosísimo".

Es para pensarlo con tranquilidad, porque nos dejamos llevar y no nos damos cuenta y nuestras prioridades, o las que deberían serlo... van quedándose en segundo término. ¡¡¡Por un fin de semana mimando nuestras prioridades!!!.