Páginas

martes, 20 de septiembre de 2011

Al alcance de SUS BESOS

Hoy mi hijo, literalmente, me ha comido la cara a besos en plena calle. Entre mis risas y su empeño en darme besitos, a pesar de estar en medio de la acera mientras yo intentaba cogerle con el fular, seguro que hemos provocado alguna que otra sonrisa entre los viandantes a nuestro alrededor. Me he sentido la mujer más feliz del mundo y más aún cuando son sus inicios de "dar" besos. Hasta ahora ponía la cara, te abrazaba con fuerza, mientras decía cariñosamente "uuuyyyyyyy", pero ahora trata de dar besos y pone todo el empeño del mundo.

Con su edad, nuestros momentos de porteo son más cortos, porque le encanta andar, correr e intentar subirse por todas partes; pero la mayoría de las veces salimos de casa con él a la espalda en el fular o bien de la manita y con el fular o la bandolera en mi bolsa de porteo. Por lo general al rato pide suelo, pero después casi siempre acabamos volviendo a casa pidiéndome "mamá, cossser, fular, dandolera". En algunas ocasiones está cansado, pero en otras quiere mimos y nos encanta.

Se pone a darme abrazos donde estemos, cuando lo llevo delante en la bando o en el fular, mientras yo, por ejemplo, estoy pidiéndole algo al carnicero o en la panadería... así que acabo de hablar con la persona que me atiende entre risas, y ésta, diciendo siempre alguna frase como "ay, cómo quieres a tu mamá" o "que bien que vas ahí" a lo que él, últimamente y con una sonrisa, responde con un rotundo "si".

Cuando le llevo con el fular a la espalda, me abraza los hombros, el cuello y/o me acaricia el pelo y yo le cojo las manos y se las beso y pego mi cabeza contra su cabecita, mientras me derrito ante su cálido cuerpecito y sus suaves manitas. Y todas estas experiencias las vivo gracias a los portabebés, que llegaron, nos cambiaron la vida y la siguen mejorando día a día con vivencias como éstas.

Después veo a madres y padres cuyos peques les piden brazos y se los niegan diciendo que ya son mayores, que pesan mucho y que al carro o que continúen andando y me entristece enormemente, porque tal vez quieran, como mi hijo, expresarles y demostrarles cuánto les quieren.

El otro día incluso hubo alguien que me "echó la bronca" por llegar a su vida tarde; casi se me caen los ojos de la órbitas y cuando pregunté el porqué, me informó que le habían regalado una bandolera pero que como no sabía utilizarla, la tenía aparcada en casa. La niña tenía la edad de mi hijo o algo menos y cuando así se lo indiqué, comenzó a ponerme toda una serie de problemas como que era mayor, que ya iba andando, que pesaba mucho, que prefería que caminara, etc. y yo con una sonrisa en la boca, mientras mi hijo me abrazaba, le dije "todo niño susceptible de ser cogido en brazos en algún momento, es susceptible de ser llevado con portabebés".

2 comentarios:

  1. Que bonito lo que cuentas Inma! ME siento muy identificada porque Joanes, aunque es menor que tu precioso niño ya ha empezado a darme abracitos cuando vamos en fular o en bando y cuando le llevo a tras me anda en el pelo.. ains.. es una delicia verdad?

    Y.. el que no quiere no quiere.. ya le puedes dar todas las facilidades del mundo que siempre encontrara una excusa.

    Besitos!

    ResponderEliminar
  2. Hola Carol:

    Creo que las mamás que optamos por portabebés y crianza con apego vivimos muchas más experiencias de este tipo. Son tan preciosos estos momentos que hay que exprimirlos al máximo y aprovecharlos, porque llegará un momento en que se harán mayores y habrá que ir casi rogándoles y ellos huyéndonos porque están sus amigos delantes XDDDDD.

    Y cierto, quien no quiere, ya le puedes contar y ya pueden ver, que seguirán con los ojos y los oídos "cerrados".

    ¡Muchas gracias por tu comentario y participación en mi humilde blog!.

    ResponderEliminar

¡Gracias por pasarte!. ¡Gracias por tus palabras! :).