viernes, 27 de marzo de 2015

Hoy leemos: Flora y el Flamenco

Allí estaba en la Biblioteca, tan sumamente rosa... bueno, y también amarillo, añadiendo esas pinceladas de sol, luz y alegría, pero aún así, rosa, muy pero que muy rosa. Sin embargo, no era "el típico rosa"o por lo menos, eso me pareció a mí. Inmediatamente mis ojos quedaron cautivos en la ilustración de la portada, un niña: Flora y el Flamenco, mirándose el uno al otro con cariño y complicidad extrema. El gesto, la pose... tuve que cogerlo y abrirlo y... ohhhhh, me maravilló, no necesité ver mucho de él para inmediatamente llevarlo al interior de la bolsa de tela que me llevo a la Biblioteca. Pero no sólo sabía a ciencia cierta que me iba a gustar a mí, también tenía la absoluta seguridad de que le gustaría a mi peque.

Flora y el Flamenco de Molly Idle, puedes encontrarlo de la mano de Barbara Fiore Editora y en él encontrarás una historia de maravillosa amistad entre seres diferentes. Las ilustraciones me parecen de una belleza impresionante, delicadas, suaves y donde perderse para, si así lo quieres, sumirte en ese mundo lleno de paz y calma, donde juega con los espacios negativos. Un álbum ilustrado sin texto, ni falta que le hace, porque cualquier niño/a podrá seguir la historia a la perfección. Pero si queremos dar rienda suelta a la imaginación, hagámoslo y pongamos sonidos, frases, diálogo entre estos dos pequeños seres que se sincronizan a la perfección.


Pero, ¿por qué tan rosa?... pues ni más ni menos porque se trata de un flamenco y la niña, Flora, quiere imitarle. Al parecer ve en este ave una elegancia y soltura tal que se ha propuesto ejecutar cada uno de sus movimientos. Así llega preparada con su bañador rosa y sus aletas en los pies, pero con un gorro amarillo, sinónimo de esa frescura, picardía y alma juguetona que aporta una niña pequeña. El flamenco al principio se extrañará ante la aparición, la cercanía y los gestos de la niña y comenzará un juego de cucu-tras, despiste y pequeños sustos... Pero todo fue parte del juego, pero uno se percatará de lo que su gesto ocasionó, otra perdonará y recibirá apoyo, ayuda y confianza para unirse ambos en un precioso ballet sinuoso y que sellará una amistad que te conmoverá el corazón. Así la pareja dejará constancia de que no importa que no sepas, no importa que caigas, no importa porque siempre podrás volver a intentarlo y con ayuda y apoyo, podremos desarrollar nuestro potencial y realizar nuestro baile fluyendo con el entorno y con la vida.

Y ¿qué más veo yo en el esta historia?, pues veo una niña curiosa, a la que le gusta observar y experimentar, a la que le gusta interactuar con los demás seres vivos y que lo hace desde un gran respeto por la vida y por su entorno. Algo que debemos sin lugar a dudas inculcar en nuestros/as niños/as.

Como me imaginé, caímos totalmente rendidos ante Flora y el Flamenco, esta pareja por conquistó por completo y nada más terminar de "leerlo", quedamos con una gran sonrisa tanto el peque como yo. La frase no se hizo de esperar: "mamá, quiero renovar este cuento la próxima vez que vayamos a la Biblioteca".

Así se hizo, por supuesto ;^).

viernes, 20 de marzo de 2015

Hoy leemos: La cosa que más duele del mundo

Posiblemente sepáis que solicité ayuda, dada la etapa inventiva un poco peligrosa de mi peque, y estamos elaborando una lista muy apañada sobre la mentira y/o sus consecuencias (podéis verla AQUÍ). Si es así y estáis al corriente, también sabréis que tuvimos suerte y localizamos dos de dichos cuentos en nuestra Biblioteca, pues bien, hoy vengo a hablaros de uno de ellos.

Se trata de "La cosa que más duele del mundo", de Paco Liván y Roger Olmos, publicada por OQO Editora.


En esta historia una liebre y una hiena conversan y se plantean qué será lo que más duele en el mundo... "la mentira es la cosa que más duele del mundo" indica la liebre. Por respuesta, obtiene de la hiena risas y carcajadas y comienzan una discusión sobre si es esto o es otra cosa. A continuación vendrá la demostración, puesto que la hiena defiende a capa y espada que son las heridas que ella pueda provocar; pero las heridas, el tiempo las cura. ¿Qué hará la liebre para demostrar a la hiena que en realidad, lo que más duele del mundo, es la mentira?.

Un relato africano (a partir de un cuento popular de Costa de Marfil) lleno de enseñanzas y sabiduría ancestral, donde la hiena encarna el carácter hipócrito y ruin de algunas personas, y que experimentará en su propia ser el amargo sabor de la mentira.

El mismo día que se vino con nosotros a casa, fue mi elegido para leerlo antes de dormir. La respuesta no se hizo esperar, porque al terminar el cuento, Cucolinet se quedó pensativo y comenzó a preguntar sobre qué había pasado en la historia. Parecía que le costaba algo digerirlo. Así que hablamos y aclaramos lo que él nos iba planteando. Finalmente se puso algo triste y al poco comenzó a llorar... a mí se me encogió el corazón, y sentí un nudo en la garganta... tal vez la historia le había llegado más de lo que pensaba, tal vez le había parecido muy dura. Comencé a dudar de si había hecho bien o no... "mamá, ¿sabes?, me duele el corazón por lo que dije de H"... uufffff, ¿a quién no se le parte el alma con tu hijo llorando y diciendo esto?. Respiré hondo y le dije "pues imagínate lo muchísimo que le habrías roto el corazón a H si llega a enterarse de lo que dijiste de él, y más aún, si le hubieran castigado gravemente por ello... porque lo que dijiste de él, podría haberle traído muy graves consecuencias"... Esto aún restalló más en su cabecita y lanzó sus brazos hacia mí buscando amparo, protección y consuelo. Lo abracé, le acaricié su cabecita, su cara, le enjugué sus lágrimas... Le expliqué lo más suave que pude que una mentira podía traer consigo más mentiras y más y más y más... que sólo traían malas consecuencias y que nunca se debía de involucrar a terceras personas... Me dio tanta pena verle así..., pero a veces las lecciones que aprendemos en la vida nos resultan duras, o incluso, ¡muy duras!, y sinceramente, prefiero que aprenda lo posible de esta forma, por mucho que me toque el corazón verle así, que sea en la vida real donde las consecuencias puedan llegar a ser muy muy muy graves.

Como esperaba, todo volvió pronto a la calma, sólo se trataba de su conciencia que le recordaba las dos grandes y gravísimas mentiras que había contado sobre un compañero. A partir de ese momento, cuando ha hecho algo, me dice "¿te digo la verdad mamá?", a lo que mi respuesta siempre es "por supuesto, corazón... ¡¡¡siempre!!!". Así sea...


martes, 17 de marzo de 2015

Vamos a contar mentiras, tralará...

Bien es sabido que la infancia es un momento álgido en cuanto a imaginación y creatividad. Bueno es que los niños tengan altas dosis de las mismas. Hay que fomentarlas, cuidarlas, darles incluso alas... Pero ¿hay un límite para ello?, ¿dónde está el límite entre la imaginación y la mentira?.

Siempre he leído que los niños necesitan esas dosis de creatividad, esos mundos imaginarios. Sin ir más lejos, yo tenía una gran imaginación y la sigo teniendo, alguna que otra persona que me conoce lo podría corroborar. También es sabido que los niños distinguen a la perfección la realidad de esas ilusiones y ensoñaciones... entonces, ¿cuándo y por qué deciden mentir?, ¿con qué finalidad?.

No puedo responder a estas preguntas e intentaré recabar información sobre ello. Lo que si puedo decir, es que a mí no me gusta absolutamente nada mentir... podríamos decir que ¡lo odio!. Prefiero callar a decir algo que no es verdad. Y si me piden que mienta... uffff, lo paso mal, es que se me nota, no valgo para ello.

Con esta premisa estaba claro que tampoco me gusta mentir a los niños, nada de nada... son niños, pero no son tontos, son personitas y merecen el mismo respeto que los adultos. Así que, ¿por qué hay muchos adultos que se empeñan en mentirles?. Claro, son "mentiras sin maldad", "bromas", etc. pues no.... ni lo más mínimo. No voy a ponerme a dar ejemplos de esas trolas que se suelen lanzar a los infantes porque la entrada sería muuuy larga.

La cuestión es que en casa no nos gusta la mentira y por tanto, intentamos siempre decirle la verdad a nuestro peque. Si en algún momento no es posible, pues es más fácil no decir nada, no contar. De todas formas siempre consideramos que es mejor la verdad y contarle con palabras y frases que él pueda entender.

Entonces.... ¿por qué este vástago nuestro se inventa unas mentiras más grandes que él?. Y no es que sean del tipo "no, yo no lo he hecho".... nooooo, es que las dos últimas ya son del tipo "meto a terceras personas, las cuales se pueden ver muy perjudicadas por la bola que estoy contando".

La cuestión es que tras hablar, explicar, volver a hablar, comentar, etc. etc., vienen los consabidos "vaaaale" y "prometo que mañana no voy a hacerlo". Pero ya se sabe que las palabras se las lleva el viento y debe de hacer mucho por aquí, porque siempre siempre siempre se las lleva.

Sólo se han dado dos ocasiones en que haya buscado cuentos como ayuda para tratar una problemática : el miedo a la oscuridad y los enfados o rabietas. Pues bien, había llegado el momento de que no hubiera dos sin tres. Así comenzó mi búsqueda de cuentos y/o álbumes ilustrados con los que poder apoyarme para tratar la mentira, o más bien, lo perjuicios que puede ocasionar la misma.

No encontré gran cosa buscando por internet... bueno si, textos de cuentos sin más, pero yo quería libros, quería poder tenerlos entre las manos y saborear esos momentos de la lectura con mi peque. Así que pasé al siguiente peldaño en la búsqueda: Amigas. Pedro y el Lobo fue la respuesta inmediata, pero ese ya lo sabíamos y lo habíamos contado muchas veces y parecía que no causaba efecto. Seguí mi búsqueda y consulté a Bea de Va de Cuentos.

Continuaron las charlas con mis amigas y les puse en antecedentes de las "inventivas" del peque. Sin perder un instante, mi querida amiga Carmen, La Gallina Pintadita, lanzó el mensaje en redes. Mientras, aprovechando la cercanía y el contacto, yo me dedicaba a preguntar de forma privada a conocidos y grandes narradores (entre otras cosas): Fran Pintadera y Alberto Celdrán.

Así poco a poco, hicimos una pequeña lista de álbumes ilustrados para trabajar la mentira, aunque alguno de ellos versa sobre las mentiras que cuentan los adultos a los niños, pero la mentira, mentira es, la cuente quien la cuente. Carmen recogió esa lista el pasado viernes en su blog, y yo añadí posteriormente dos más en comentarios. Ha llegado el momento de que los recoja también aquí esperando que podamos apuntar alguno más y que pueda ayudar a algún/a otro/a padre/madre que precise tratar esta temática. Y ya sabes, si conoces algún título más, no dudes en indicármelo en comentarios.



Ayer tocaba nuestra visita a la Biblioteca y aproveché para buscar los títulos antes de ir, a través del Catálogo de la Red Electrónica de Lectura Pública Valenciana, pudiendo comprobar que en "nuestra Biblioteca" se encontraban dos de los títulos, y además, estaban disponibles. Entre la tanda de cuentos, ayer se vinieron estos dos con nosotros y uno de ellos lo leímos antes de dormir... parece que caló en ese momento, así que será mi próxima reseña para el Viernes de #HoyLeemos.

Como anécdota diré que también consulté con la bibliotecaria, que estuvo ayudándome y buscando conmigo, sorprendiéndose que un tema que podía llegar a ser peliagudo, no tuviera presencia en las estanterías. Y continuando con la cadena de ayuda y de favores, le escribí esta lista para que pudiera pasarla y pudieran tener en cuenta algún título en la próxima compra de ejemplares para la Biblioteca Infantil. Tal vez en breve, alguno más aparezca por allí.

viernes, 13 de marzo de 2015

Hoy leemos: Los viajes del abuelo

Mi reseña para el Carnaval Bloguero de #Hoyleemos es para un evocador álbum ilustrado de Agustín Comotto editado por Edelvives.

Se trata de Los viajes del abuelo, un canto a la transmisión oral, los recuerdos, las vivencias... La relación maravillosa de abuelo y nieto, la importancia de la familia, de estar con nuestros seres queridos, compartiendo momentos, vivencias, recuerdos... Viajes y recuerdos como semillas que guardan una extraordinaria energía en su interior y que son base fundamental para germinar con la imaginación.

Las ilustraciones son absolutamente fascinantes, expresivas y preciosas. Y poco más os puedo decir, más que me conmovió y allí me quedé, terminado el cuento, con la impresión de tener un tesoro entre las manos.



La historia nos cuenta cómo un niño siente curiosidad por lo que guarda su abuelo en un cofre de madera. Hasta que un día abuelo y nieto comparten los secretos del cofre y le narrará sus aventuras por los siete mares, conociendo culturas tan diferentes como maravillosas.

Un álbum para comprender y atesorar el gran tesoro que nos dejan nuestros mayores y la suerte de poder compartir tantos momentos con ellos.

viernes, 6 de marzo de 2015

Hoy leemos: Te desafío a no bostezar

Así es, te desafío a no bostezar (entre risas) con este álbum ilustrado. Porque cuando uno/a es pequeño/a en ocasiones basta con estirar los brazos, cerrar los ojos y abrir la boca, para de pronto encontrarse con el pijama puesto y en la cama sin saber muy bien cómo ha llegado hasta allí y por qué.


"Te desafío a no bostezar" es un álbum ilustrado escrito por Hélène Boudreau e ilustrado por Serge Bloch que puedes encontrar de mano de Barbara Fiore Editora, y es que ¿quién le hace frente a un contagiosísimo bostezo?... vas por la calle o en el autobús y de pronto, alguien bosteza... ¡oh, no!, me pilló, tengo que controlarlo... seguro que yo puedo... ufff, me están entrando unas ganas incontrolables de mmm, aaaaa, abrir la boca, nooooo.... jajajaja.

¿Hay algo más contagioso?. Pues bien, aquí podrás encontrar consejos para evitar que, en menos que canta un gallo, te metan en la cama para dormir... como no mirar a tu hermanito pequeño, alejarte de los suaaaaves y amorosos peluches a ciertas horas... Y es que los bostezos son muuuuy traicioneros. Puedo dar fe que esta frase ya se le ha quedado a mi peque y de vez en cuando, la suelta, jajajaja.

Difícil es contar este cuento entre risas y no acabar con bostezos a diestro y siniestro: quien escucha, quien cuenta y teatraliza. Todo es cuestión de aprovechar la conyuntura: estírate, abre la boca, siente como se enrosca tu lengua, se te cierran los ojos y al final acabas incluso con más sueño que tu peque. Intercambias miradas y risas cómplices y piensas... ¿hay algo más liberador que un buen bostezo?.

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